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CASCADAS DE RENACIMIENTO

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Finalmente, llegó el cierre del gran ciclo que mantuvieron las mujeres de Sheasani Ishá junto a la rabina Karina Finkielsztein. Fueron cuatro encuentros, en los que se desarrollaron los 4 elementos de la naturaleza (fuego, tierra, aire y agua), desde una visión espiritual y judaica.

La última cita del proyecto estuvo destinada al análisis del agua, y tuvo un comienzo diferente: las mujeres ingresaron por primera vez a la nueva mikve de la Kehilá de Córdoba, para conocerla y aprender un poco más acerca de su construcción y funcionamiento. La Arquitecta Eli Jalowsky, encargada del plan de construcción de la estructura, les contó a todas las integrantes del grupo acerca de los pasos que se llevaron a cabo, los elementos que intervinieron en el proceso, y las características técnicas de la mikve. Karina, por su parte, sumó conocimientos referidos a las pautas halájicas de su utilización, y la importancia de este espacio para la vida judía.

Luego, todas retornaron a su espacio habitual, el Beit Midrash Ierushalaim, para comenzar con la charla del día, dedicada en toda su plenitud al último elemento de los previstos, el necesario líquido para la existencia del Ser Humano.

La rabina explicó que el agua está relacionada estrechamente con el cuerpo y el organismo de las personas, y especialmente, de las mujeres. A través de fuentes de la Torá, y talmúdicas, mostró la importancia de este elemento durante el desarrollo de nuestro pueblo. Desde la Creación del Mundo, en donde lo único que no era caótico eran las aguas en las que sobrevolaba el espíritu de Dios, o el diluvio que transcurre en Parashat Noaj, y como se mantiene la vida en medio del agua, Karina explicó que esas masas de agua se asemejan a la mujer embarazada, son capaces de mantener algo con vida. “La Torá describe un río en el Eden, que regaba el jardín dividido en cuatro brazos, esto se asemeja al cordón umbilical (…) no hay vida sin agua; la mikve logra recrear el momento cero de la creación, por eso se nutre con agua de lluvia, es como el cordón umbilical que trae el agua de aquellos ríos (…) ir a la mikve es renacer, es volver al útero, al origen”, explicó la invitada ante la atenta mirada de las participantes.

Luego, se debatieron fuentes en las que se describe la utilización del agua como elemento purificador, e incluso la importancia de la misma cuando es alterada, como la transformación del Nilo en sangre, en la primera de las plagas que lanzó Dios sobre el pueblo egipcio, ante la negativa para la liberación de los hebreos de su estado de esclavitud.

Más tarde, Karina sintetizó los momentos del día en que puede utilizarse el agua, el lavado de manos y las brajot correspondientes, y finalmente, una descripción de las múltiples utilizaciones de la mikve, y la importancia de esto para la mujer.

Para dar cierre al gran ciclo, la rabina se refirió a la unión de los 4 elementos, y los elementos de conocimiento que se desarrollaron en cada encuentro, para intentar esbozar su objetivo, el cual siempre estuvo ligado a la incorporación del judaísmo espiritual a las acciones diarias de la práctica cotidiana. Les pidió a las integrantes del grupo que intenten poner en ejercicio lo aprendido en estas charlas, y puedan darse cuenta del gran paso que eso significa.

¡Gracias, Karina! ¡Y felicitaciones, una vez más, a las mujeres de Sheasani Ishá!

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