Para aquellos que ya lo conocían, fue una experiencia única. Para aquellos que aún no lo habían escuchado, fue una noche inolvidable. Nadie regresó a su hogar sin tararear alguna de sus canciones, con la emoción aún recorriendo corazones y mentes. David Broza se presentó para la Kehilá de Córdoba, y “Iom Ierushalaim” se trasladó durante unas horas a nuestra ciudad.
El Centro Unión Israelita, junto a Macabi Noar, y con el apoyo de FEDECC, OSA, el Keren Hayesod y otras instituciones, cumplieron un gran sueño, y organizaron un festejo de nivel internacional para la comunidad judía de Córdoba. Fue el lunes 5 de junio, en el estadio principal de Macabi Noar, y más de 400 personas se ubicaron para presenciar un verdadero show.
El espectáculo tuvo grandes momentos. El moré Guily Seiferheld fue el conductor de la noche, y el encargado de presentar artistas, invitados y personalidades. Tras unos videos alusivos a Eretz Israel y a Iom Ierushalaim que resultaron muy emotivos para la audiencia, el primer segmento encontró al rabino Marcelo Polakoff entonando un gran “Shehejianu” comunitario, junto a las autoridades principales de la organización del evento: El Presidente del Centro Unión Israelita, Cdor. Hugo Waitman, el Presidente de Macabi Noar, Ing. Alberto Haquim, el Presidente de FEDECC, Gastón Skolnik, el representante del Keren Hayesod en Argentina, Paul Rosenberg, y en representación de OSA, su Vice-Presidente, Isaías Kardúner.
Más tarde, comenzaron los artistas. En primer lugar, un gran show de rikudim con dos presentaciones: primero, el grupo Reguesh, y luego Sinapzia, ambos dirigidos por Marcelo Marianoff, con destrezas coreográficas de alto vuelo que anticiparon la excelencia de la noche.
Luego, llegó el gran momento. Jóvenes del Colegio Israelita Gral. San Martín y Macabi Noar ingresaron en fila portando banderas de Israel y carteles por la paz, se ubicaron frente al escenario, y recibieron a David Broza, el gran artista israelí que se adueño de la noche cordobesa. Comenzó entonando “Mitajat La Shamaim”, junto a la juventud, y a partir de allí se sucedieron grandes canciones que alegraron, llenaron el alma, y emocionaron mucho. La habilidad del artista con la guitarra, junto a la prestancia de su voz, fueron realmente cautivantes. Bastó ver las banderas flameando y las pancartas en pos de la paz en el aire durante “Ihie tov”, el otro gran hit de Broza, para comprender que muchas fibras íntimas se activaron esa noche.
El Hatikva cerró la velada, y los miembros de la Kehilá de Córdoba regresaron a sus hogares sabiendo que esa noche quedaría grabada para siempre. Como si fuera poco, el “Food-truck Jarif” se estacionó para ofrecer su exquisito falafel, y así completar una noche que pareció ser realmente de Ierushalaim, pero esta vez sucedió en Córdoba, entre banderas de Israel, con danzas y música israelí, y con David Broza en vivo.
¡Jag Sameaj!
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