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Rosh Hashaná

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JUICIO Y CUMPLEAÑOS DEL UNIVERSO

Rosh Hashaná es el Año Nuevo hebreo y se conmemora en todo el mundo el 1° y 2° de Tishrí. Se identifica fundamentalmente con la Creación y con las ideas del juicio sobre el comportamiento humano, de la introspección y del examen de conciencia. En síntesis, se trata de un análisis de lo realizado en el período que se cierra y de lo que se hará el año que se inaugura. Una especie de balance del alma  (Jeshbón Hanefesh).

Las costumbres de esta festividad se expresan en una reunión familiar al anochecer de la víspera del primer día y del segundo, y con la asistencia a los servicios religiosos en la sinagoga vespertino y  matutino (en estos últimos se escucha el sonido del Shofar, cuerno de carnero).

Encontramos simbolismos tanto en la mesa hogareña como en la sinagoga: el más conocido es la costumbre de untar la manzana en miel y el pan también en miel (o azúcar) como deseo de un año dulce.

La mesa nocturna de esta trascendental fiesta se caracteriza por los significados que se adjudican a todos los bocados que se sirven, hecho que es ya de larguísima costumbre y tradición.

Significado

El Año Nuevo Hebreo es considerado, al mismo tiempo, el Día del Juicio Divino. Es también, claro está, un Aniversario de la Creación. El sentido central del Rosh Hashaná está unido a la idea del Juicio Divino. El resto de sus significados giran en torno a la idea central.

El ser humano tiene libre albedrío y es la creencia judía que sus acciones son juzgadas por D’s, un juez basado en la ética, absolutamente incorruptible y misericordioso. El Todopoderoso conoce todas acciones y las intenciones con que fueron hechas. El arrepentimiento, las buenas acciones y la contrición son valoradas por Él.

En la Creación está implícita la idea del comienzo de los tiempos. Estas conmemoraciones tienen también por objetivo, repensar el tiempo. “¿Cabría preguntarse cuál es en el mundo de hoy el sentido del tiempo?”, se preguntaba, hace algunos años, el rabino Abraham I. Heschel. Y aseveró que “el tiempo es el corazón de la existencia”. Y nos enseña también que: “… La civilización técnica es la conquista del espacio por el hombre. Es un triunfo frecuentemente logrado mediante el sacrificio de uno de los ingredientes esenciales de la existencia: el tiempo… Pero ‘tener más’ no significa ‘ser más’. El poder que alcanzamos en el mundo del espacio se detiene bruscamente ante los límites del tiempo. Mas el tiempo es el corazón de la existencia…“. Este autor se apresura en advertir que: “… La vida adquiere un sentido erróneo cuando el control del espacio, la conquista de las cosas del espacio, se convierte en nuestra única preocupación…“, afirmando así la preeminencia del tiempo como valor trascendente. Esto lo lleva a aseverar que: “… el hombre no puede eludir el problema del tiempo. Cuanto más lo pensamos, mejor comprendemos que no es posible conquistar el tiempo por medio del espacio: sólo podemos dominar el tiempo con el tiempo…“.

Quien pregunte acerca de la naturaleza de esta milenaria recordación del Rosh Hashaná, recibirá tantas propuestas como fuentes consulte. Entre los nombres, pueden citarse: el Día del Recuerdo como el Día del Juicio y de la Creación; lo mismo que es el Día de la Evocación de la Atadura del Patriarca Isaac, el Día del Toque del Shofar (Cuerno de Carnero), etc. Cada una de estas definiciones considera una de las caras del cubo, pero no podemos olvidar que ninguna define al cubo en su totalidad.

A simple vista parecería que no existe relación alguna entre la idea juicio individual con la  Creación y la atadura del patriarca Isaac, mas la tradición ha encontrado puntos en común. En efecto, en el proceso de la Creación, D’s separó  la luz de las tinieblas, lo seco de los mares, etc. El  Creador en cada etapa se juzga a sí mismo sobre lo realizado y se señala “y vio D’s que estaba bien” (Génesis- Bereshit I: 10,12, 18, 25). A partir del inicio de los tiempos las ideas de Creación y Juicio están unidas.

Respecto de la relación entre la atadura de Isaac y el Día del Juicio, recordemos que D’s quiso obtener una prueba de fe del patriarca Abraham. Finalmente, lo que iba a ser el sacrificio de su hijo se convirtió en el sacrificio de un carnero y D’s comprobó cuán fuerte era la fe del primer patriarca. Dice un Midrash que luego de este episodio Abraham imploró a D’s con estas palabras: “te ruego que si mis descendientes obran mal alguna vez Tú también reprimas Tu ira y que cada año, cuando se arrepientan de sus pecados y el cuerno del carnero suene en el primer día séptimo, recuerdes cómo até a mi hijo, y, levantándote de Tu Trono del Juicio, te sientes en el Trono de la Misericordia”.

En cuatro milenios de historia judía, a cada una de las celebraciones se les han ido agregando diversos significados. Además del Día del Juicio y de la Creación es el Día de la Evocación de la Atadura del Patriarca Isaac (varias oraciones se dedican a esta prueba de fe de su padre, el patriarca  Abraham), el Día del Toque del Shofar, etc.

Profundizaremos en éste último nombre, Iom Terua (Día del Toque del Shofar). Una de las ideas que expresan los rituales es la del mejoramiento moral. Concentrarnos en los errores cometidos nos posibilitará mejorar nuestro futuro comportamiento como miembros de la comunidad y parte activa de la humanidad. El universo puede ser mejor y para ello debemos ajustar nuestro obrar a los principios éticos. Estas celebraciones tienen el propósito de reconciliarnos con el Todopoderoso y con los demás seres humanos. Son jornadas destinadas a la introspección, al olvido de los agravios sufridos y a una auténtica y profunda reconciliación.

Maimónides nos brinda un excelente ejemplo de esa búsqueda. Se refiere a uno de los rituales de estas celebraciones: el del sonido del Shofar, cuerno de carnero que se usa como instrumento de viento. Dice Maimónides: “Despertaos los sumidos en el sueño, sacudíos de vuestro letargo. Escudriñad vuestras acciones, arrepentíos de vuestros hechos. Recordad a vuestro Creador: Mirad bien vuestras almas y permitid que haya un mejoramiento en vuestros actos. Considere cada uno de vosotros los malos caminos y pensamientos”. El sonido del Shofar es como una plegaria sin palabras. O, como sugiere una interpretación contemporánea, un llamado al hombre para que escuche el llanto de la humanidad.

En la tradición de estas fiestas hay tres tipos de comportamiento especialmente valorados: la Teshuvá, cuya traducción literal sería “retorno” (dado que se refiere al arrepentimiento, cuyas puertas están siempre abiertas); la Tefilá, “oración”, y la Tzedaká, que habitualmente se interpreta como “caridad”, pero que los más celosos del idioma y la fundamentación teológica judaica sostienen que se trata de “justicia”, concepto más amplio. El sabio rey Salomón afirmó: “La Tzedaká salva la muerte”.

Origen

Se trata de una conmemoración de origen bíblico, nacida hace bastante más de dos milenios y que fue creciendo siglo a siglo, hasta llegar a ser la segunda más respetada en el calendario judío. Inclusive, en el siglo veinte se le agregaron nuevas costumbres, como las del envío de tarjetas de salutación a familiares o amigos.

En estos días se está incorporando, como  novedad, el envío de tarjetas animadas  vía Internet.

Costumbres

Según la tradición judía, durante las cenas de Rosh Hashaná la familia comparte un pan redondo para simbolizar el ciclo de la vida. Sobre la mesa iluminada con velas, se unta manzana con miel para que el año tenga dulzura. Una copa de vino dulce ritual es bebida, de a sorbos, por toda la familia. Por un sentido de pureza, hay quienes visten de blanco.

Para bendecir los alimentos se rezan  oraciones especiales (berajot). Otros explican el significado de Rosh Hashaná o cuentan historias con moralejas de la tradición popular judía.

Básicamente, se trata de un augurio para endulzar la vida en el año que se inicia. Así, el pan, que habitualmente se unta en sal, en esta ocasión es untado en azúcar. A su vez, la manzana es también sumergida en azúcar o miel. Es el modo de expresar: “¡Que sea un buen año, pleno de dulzura!”.

Entrando al detalle de las costumbres de festividad. Debemos recordar que, como en casi todas las fiestas judías, la mujer de la casa enciende luminarias antes del anochecer (si no estuviera presente una mujer le corresponderá al varón de la casa). Se recita la bendición correspondiente y luego -de acuerdo  a la costumbre- la bendición de Shejeianu. Luego del Kidush (bendición sobre el vino) comienzan una serie de bocados simbólicos que representan el anhelo de ser merecedores de un buen año.

Se comienza recitando el Hamotzi sobre el Jalá (pan trenzado o redondo), una vez sumergido en miel o azúcar (algunos lo hacer en sal y miel simultáneamente) como símbolo de un año dulce y pleno. Luego de comer Jala, se toma una rodaja de manzana y se la remoja en miel, siendo el momento simbólico más importante y recordado de la festividad. Se recita la bendición que finaliza en BORE PERI HAETZ (Bendito…., que crea el fruto del árbol), y luego con “Sea Tu voluntad renovar para nosotros un año bueno y dulce”.

La continuación de la ceremonia incluye costumbres muy variadas de acuerdo a cada comunidad. Por ejemplo, se suele continuar con varios bocados de distintos vegetales sobre los cuales se recitan las bendiciones correspondientes. La costumbre incorporó varios por el significado de sus nombres en arameo. Estos son algunos:

· Silki (acelga): sugiere el significado de la palabra “alejar” (lesalek) por lo que se recita “que nuestros enemigos se alejen de nosotros”.

· Karti (puerro): se parece a una conjugación del  verbo  “derrotar” del hebreo  (lijrot) por lo  que  se dice “que nuestros enemigos sean  derrotados».

· Kara (calabaza): sugiere el significado de verbo “leer” en tiempo pasado (likro-en pasado: kara). Por lo que la oración termina en “que nuestros méritos sean leídos  ante Ti”

· Tamri (dátiles): sugiere a la palabra hebrea itamu=”acabar” por lo que decimos “que se acaben nuestros enemigos”. 

Entre los bocados incorporados por su simbolismo directo cabe destacar:

· Carne de cabeza de cordero o pescado: la oración dice “Sea Tu Voluntad que estemos a la cabeza y no a la cola (de las naciones)”.

· Granada (en algunas comunidades): la plegaria dice “que se multipliquen nuestros méritos como las semillas de la granada”.

· Pescado (en algunas comunidades): como símbolo de bendición por la forma abundante que se reproducen estos en los mares.

Luego del recitado de estas oraciones comienza la cena familiar.

Como detalle anecdótico hay que señalar que no es costumbre el comer nueces durante Rosh Hashaná. Una explicación que se ha dado es que el valor numérico de la palabra egoz (nuez) equivale al valor numérico de “jet”, que significa pecado. No sería de buen gusto referirse al pecado justo en el momento en que estamos pidiendo perdón por los errores cometidos.

Es una festividad en la que, por supuesto, es también activa la presencia de la grey judía en la sinagoga tanto en los servicios nocturnos como diurnos. En ésta, predomina en la ocasión el color blanco en tanto símbolo de la pureza. Todos los adornos de los Rollos de la Tora se hallan revestidos de ese color para Rosh Hashaná.

Otra costumbre muy colorida del Rosh Hashaná es el Tashlij. Literalmente significa: los arrojarás (a los pecados). Consiste en la eliminación simbólica de los pecados durante el Rosh Hashaná para indicar el arrepentimiento de la persona. Durante la tarde del primer día de Rosh Hashaná (o el segundo si cayera en Shabat), los judíos observantes suelen reunirse frente a una fuente de agua, a la orilla del mar o río y se recitan oraciones relativas al arrepentimiento. A menudo se llevan en los bolsillos migas de pan para arrojarlas luego de finalizada la plegaria. La costumbre nació en la Edad Media y surge de la interpretación literal de una frase del profeta Miqueas (VII:19). ¡Tu arrojarás (tashlij) al fondo del mar todos nuestros pecados!

Esta celebración, como casi todas las grandes festividades judías, finaliza una vez puesto el sol (del segundo día) con la hermosa ceremonia de la Havdala.

Gastronomía

Guefilte Fish (Origen Rusia)

INGREDIENTES

. Pescado Molido 2 kg. (1 1/2Kg. de dorado y boga mas 1/2 kg. de merluza)

. 2 cebollas picadas

. 2 cebollas sancochadas

. 2 huevos por kilo de pescado

. 1/4 de pan rallado

. Sal y pimienta a gusto

PREPARACIÓN

Colocamos en un bol todos los ingredientes y comenzamos a trabajar la mezcla hasta que quede todo bien unido. Aceitamos una placa para horno y hacemos dos panes, los rociamos con un poquito de aceite y horneamos fuerte hasta que estén bien dorados.

Leicaj Negro

INGREDIENTES

· 1 Vaso de miel

· ½ vaso de aceite

· 1 vaso de azúcar

· 2 huevos grandes

· 3 vasos de harina leudante

· 1 cucharadita de bicarbonato de sodio

· 1 cucharadita de canela

· ½ cucharadita de clavo de olor

· Vainilla

· 1 vaso de té fuerte, mezclado con 2 cucharaditas de café instantáneo

· 1 taza de nueces (mezclada con una cucharada de harina)

· Si se desea agregar un chorro de coñac (se usa como medida el vaso de la miel)

PREPARACIÓN

· Batir los tres primeros ingredientes

· Incorporar los huevos, la harina intercalando con el vaso de líquido y los demás sabores.

· Agregar la taza de nueces, mezclar todo y verterlo en una asadera enmantecada y enharinada

· Cocinar a horno mediano aproximadamente una hora

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