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UN LEGADO DE VALORES IMBORRABLES

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Entre grandes emociones, el Beit Midrash Ierushalaim se colmó para el «Hajnasat Sefer Torá» a la memoria del querido Juan Machtey (z´l). La noche del lunes 3 de diciembre quedará guardada para siempre en los corazones de los miembros de la Kehilá de Córdoba.

El ingreso de un Sefer Torá a una comunidad es siempre un motivo de alegría y regocijo; pero lo es más aún, cuando ese rollo es la consecuencia de un legado de valores imborrable que transmitió Juan durante su vida, personal y comunitaria. La emoción de todos los presentes dejó en claro que su recuerdo perdurará para siempre. Un rollo de la Torá restaurado y reparado especialmente para esta ocasión, ya es parte del Templo de la Escuela Israelita Gral. San Martín. La familia Machtey participó en cada uno de los momentos de la noche en honor a Juan, a través de su esposa «Cacho», sus hijos Ana y Jorge, sus nietos, hermanos, amigos y demás allegados que se sumaron al emocionante momento.

La ceremonia, conducida por los rabinos Marcelo Polakoff y Gabriel Pristzker junto a la Jazanit Jéssica Alterman, transcurrió durante el servicio de Arvit. Dentro de los momentos de la Tefilá, se fueron intercalando diferentes participaciones muy emotivas, como la reproducción de un video con imágenes de la vida de Juan, palabras de sus nietos, en representación de uno de ellos, Iván, hasta el ingreso del Sefer Torá (que se hizo debajo de una Jupá, como es tradición), paseado por todo el Templo por su esposa Cacho y la familia completa. Luego, la lectura de la Torá estuvo a cargo de sus hijos, Ana y Jorge, junto a su nieta Johana (como nieta mayor) para la pronunciación de las Brajot. Finalmente, Juli, su nieto menor, realizó el paseo de la Torá antes de que sea guardada en el Arón Hakodesh del Templo.

Hermosas palabras también se pronunciaron durante la ceremonia: el Presidente del Centro Unión Israelita, Cdor. Hugo Waitman, mostró su gran emoción cuando recordó a su amigo Juan: «Hoy me toca decir esto como Presidente del Centro Unión, pero hubiera dicho exactamente lo mismo en cualquier otro momento y situación»; Lucho Griboff y Raúl Cohen hablaron en representación de sus amigos, y finalmente, «Cacho», Ana y Jorge se expresaron mediante un hermoso escrito literario que representó fielmente los valores que transmitió Juan en la Kehilá de Córdoba.

Antes del cierre, se encendió la segunda vela de Jánuca, lo que sumó una emoción más a una noche inolvidable, junto con la presentación de un nuevo «Ner Tamid» (Símbolo de la luz perpetua, la presencia Divina), ubicado sobre el Arón Hakodesh, y donado por Angel Jablonka.

Con mucha alegría, dimos el ingreso de este hermoso Sefer Torá en Córdoba (escrito por el sofer Sebastián Grimberg, quien también había escrito el primer Sefer Torá de nuestra comunidad), y de esta manera, quedó asentado un legado de toda una vida.

¡Gracias a la familia Machtey por este homenaje, y por hacer que el nombre de Juan quede para siempre en nuestra memoria!

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