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Unir el cielo con la tierra a través de la memoria

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Comentario de Parashat Haazinu, por el rabino Pablo Gabe, de la Kehilá de Córdoba, Argentina

La lectura de la Torá de esta semana, nos habla acerca de la canción que Moshé pronunció frente al pueblo de Israel, momentos antes de morir. Moshé, como líder y padre de todo el pueblo, sabiendo que no seguirá su camino de ingreso a la tierra de Israel, no abandona a su gente sin despedirse con un mensaje profundo, sentido y significativo.

Leyendo el texto de la Parashá, vemos que es un lenguaje hebreo sumamente poético, plagado de metáforas y simbolismos. No es como la Tora suele hablarnos, ni en forma de código ni en forma de relato.

Ya en su inicio, las metáforas dicen presente: “Que oigan los cielos mis palabras, que escuche la tierra aquello que sale de mi boca. Mi enseñanza caerá como la lluvia, mi discurso será como el rocío. Como llovizna sobre la hierba, como gotas de agua sobre el pasto” (Devarim 32: 1-2). Este es el hermoso inicio de nuestra Parashá. Es la lluvia la que logra unir los cielos con la tierra. Es ese fenómeno climático que nos permite que lo que parece tan distante, se pueda unir mágicamente.

Por otro lado, encontramos otro fragmento digno de ser destacado. Así dice nuestra Parashá: “Recuerda los días de antaño, comprended los años de generación y generación, pregunta a tu padre y él te habrá de narrar, tus ancianos y ellos te habrán de decir” (Devarim 32: 7).    

La base de la tradición judía es la continuidad, la enseñanza, la educación. Nuestros padres y abuelos, nuestros mayores y todos aquellos que nos precedieron tienen la “obligación moral” de enseñarnos la historia de nuestro pueblo. Pero nosotros, los más jóvenes, tenemos la noble tarea de escucharlos atentamente para aprender, ser y luego esos mayores que estaremos a cargo de la enseñanza y de la transmisión.

“Y le contarás a tu hijo en aquel día”, dice nuestra Hagadá de Pesaj. Que en este nuevo año que estamos comenzando, podamos escuchar y aprender, hablar y decir (sabemos que no es lo mismo). Pero por sobre todas las cosas, ser protagonistas de nuestra continuidad y de nuestro futuro como judíos.

En este Shabat Shuva, donde pensamos en retornar, en volver al camino correcto. Es imprescindible tener presente la memoria colectiva. Saber dónde estamos, como es que llegamos a ser lo que somos y hacia dónde es que queremos ir.

Ser capaces de tomar lo que nos enseñaron, darle continuidad y permanencia en nuestros tiempos, es unir los cielos con la tierra.

¡Shabat Shalom!
¡Shaná Tová uMetuká!
Rabino Pablo Gabe
Kehilá de Córdoba, Argentina

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