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CON LA TIERRA BAJO LOS PIES

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El segundo encuentro de las mujeres de nuestra Kehilá logró dar formas terrenales a los conceptos místicos y espirituales que trabaja el grupo en sus tradicionales reuniones. Muchas veces habremos escuchado la frase “con los pies sobre la tierra”, pero en este artículo vamos a invertirla, e intentaremos tomar a este segundo elemento de la naturaleza como una base material en la que se desarrolla el sentido de la vida de cada Ser Humano. Sheasani Ishá volvió a reunirse, continuó el ciclo de 4 charlas con la rabina Karina Finkielsztein, y aquí vamos a reconstruir todo lo que sucedió…

Esta vez, la reunión se dio en un escenario diferente. El lugar elegido fue el salón rojo de Macabi Noar, y las mujeres nuevamente llenaron la sala para disfrutar del espacio mensual del grupo.

Exquisitos bocaditos, dulces y salados, con bebidas, frías y calientes, acompañaron el infaltable momento social que hace las veces de introducción para cada una de las citas grupales.

En el encuentro anterior, recordamos, el tema central fue el “fuego”, como inicio del ciclo “Los 4 elementos (fuego, agua, aire y tierra) en la mística judía”. Esta vez, la rabina Karina se preparó para hablar de la “tierra”, y decidió comenzar, nuevamente, de una manera muy especial: invitó a las mujeres a salir del salón, y a formar una ronda afuera, sobre un sector del parque del club, casualmente, paradas con los pies sobre la tierra, o con la tierra bajo los pies. Una vez allí, les pidió a todas que realicen una profunda reflexión interna, en silencio. Luego, ingresaron al salón y comenzó la parte teórica de la charla.

La rabina mantuvo un eje que se centró en la espiritualidad de las personas en la vida cotidiana, en la realidad que se suscita a diario sobre esa “tierra” en la que vivimos. Utilizó el concepto de energía y “ruaj” (soplo, aliento de vida) para describir esta situación; “El Ruaj es aquello que le da sentido a la vida. Cosas que permiten vivir alegremente. Lo que produce alegría es el movimiento espiritual”, explicó. Luego, dedicó un gran segmento a desarrollar 4 principios de la espiritualidad, los cuales se orientaron hacia cuestiones esenciales para el desarrollo del Ser Humano (observación del entorno, estudio de la Torá, preparación para afrontar momentos y el presente, capacidad para dar cierre a etapas vividas). Finalmente, Karina se expresó con respecto a lo espiritual, pero como un lenguaje, casi como un idioma, situado en un contexto y en una cultura (en una “tierra”); allí, se detuvo para reflexionar acerca de la función de la mujer en el mundo, y realizó una hermosa metáfora al referirse a la capacidad de generar nuevas vidas. “La mujer debe ser la guardiana de la llama. La misión de la mujer es traer la luz al mundo. Tiene la capacidad de traer luz.”, concluyó la invitada de la noche.

Para finalizar, una agradable sorpresa: cada una de las mujeres pudo llevarse una plantita, como recuerdo, y al mismo tiempo como símbolo de objetivos y deseos internos que comenzaron a plantar desde este encuentro. Con gran entusiasmo, la rabina invitó a las integrantes del grupo a sumarse a esta propuesta: “Debemos hacer florecer y germinar necesidades en la tierra propia. Utilicemos esta planta para regar lo que simboliza aquello que deseamos hacer que crezca. Al regarla, servirá como recordatorio de que perseguimos esa meta. Una semilla debe ser trabajada para que crezca”.

En un nuevo encuentro, Sheasani Ishá volvió a disfrutar de los conocimientos de una de sus invitadas más solicitadas, y al mismo tiempo, pudieron dar una forma terrenal a esos conceptos espirituales que trabajaron en muchos de sus encuentros. Fue como bajar la espiritualidad al recorrido diario, a ese andar judío que se realiza firmemente con la tierra bajo los pies…

¡Las esperamos en el próximo encuentro!

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