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Cuando la palabra se torna sagrada

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Comentario de Parashot Mattot-Masei, por el rabino Pablo Gabe, de la Kehilá de Córdoba, Argentina

Cuando la palabra se torna sagrada

Todo aquel que formulase un voto para Ad’, deberá cumplirlo en forma incondicional. En este contexto, un voto quiere decir una promesa. Por lo tanto, la Parashá de este Shabat nos va a explicar lo que significa la palabra en la tradición judía. El acto tan natural de hablar para expresar ideas, sentimiento, propuestas, proyectos, promesas, etc. La forma que va a elegir la Torá para contarnos esto es una historia. No un relato anecdótico, sino un hecho real que sucedió en el desierto.
El pueblo estaba pronto a ingresar a la tierra de Israel. Sin embargo, las tribus de Gad y de Reubén y media de Menashé se dieron cuenta que el territorio al este de Israel, antes de cruzar el Iarden, les era más beneficioso, por la fertilidad de la tierra, por las dimensiones, etc. Y lo que hacen es pedirle a Moshé que les permita permanecer en ese lugar para poder conquistarlo. En un principio, a Moshé mucho no le gustó esta idea. Pensaba que una fragmentación dentro del pueblo, podría llegar a provocar una falta de motivación y de entusiasmo para continuar con el proyecto de entrar a la tierra prometida. Sin embargo, luego de discutir por un buen tiempo, Moshé les permite quedarse en ese lugar, con una condición: Si se comprometían, luego de haber conquistado ese territorio, a unirse nuevamente con el pueblo.
Esto es un claro ejemplo de lo que significaba la palabra en aquel entonces. Moshé no necesitó firmar ningún contrato con ellos. Fue simplemente un arreglo de palabra, en el que ambas partes se comprometieron a cumplir con su obligación. ¿Y como termina la historia? Las tribus de Gad y de Reuben se vuelven a unir al pueblo, pero luego de la muerte de Moshé. Cumplieron con su palabra, aun cuando la persona con la que se habían comprometido estaba muerta. Sin firmas, sin contratos, sin escribanos. Esto nos muestra la importancia que tiene la palabra y su cumplimiento en la tradición judía.
Siglos más tarde, basado en el tratado talmúdico de Nedari, nace el Kol Nidré. La Tefilá que todos escuchamos en el comienzo de Iom Kipur, tiene un origen en Europa, en una época en la cual los judíos eran obligados a profesar otras religiones. Con la llegada de Iom Kipur, el mayor se levantaba y declaraba que todas las promesas que habían hecho en ese año eran nulas, debido a fueron hechas bajo coacción. Por lo tanto, es una Tefilá que tiene como objetivo el anular los votos que hicimos durante ese último año. Sin embargo, si miramos el texto, vemos que dice: “Mi Iom Kipurim ze, ad Iom Kipurim Abahá” “Desde este Iom Kipur, hasta el próximo Iom Kipur”. También es una forma de anular las futuras promesas que podemos llegar a formular. Sin embargo, las promesas que anulamos son con relación a Dios. ¿Qué pasa con las promesas hacia las personas, que no fueron cumplidas?
La palabra es sagrada. Lo que se promete se cumple. Esta prohibido prometer algo que no se va a poder cumplir, o que no tenemos seguridad de poder cumplirlo. Y la Parashá de hoy se llama Mattot, que quiere decir cabezas. Moshé les habla a los jefes de cada tribu. Porque la obligación de la cual nos habla la Torá, debe empezar por los de arriba, desde los jefes. Porque se educa con la palabra, pero más con el ejemplo.
Por esto mismo, los líderes espirituales, todos los que dirigimos grupos de gente, y todos los que hablamos desde los púlpitos, tenemos la obligación de concordar las palabras con las acciones. Mantener la palabra en su estado de santidad es tarea de todos aquellos que coordinamos o dirigimos comunidades. Saber escuchar, para después saber que responder, debe ser nuestro eje frente al trabajo cotidiano. El com-prometer y el cumplir con las promesas debe empezar por los de arriba, por aquellos que fuimos designados para dirigir un proyecto. Todo lo que se diga, deberá ser todo lo que se haga.
En la tradición judía, dar la palabra es un compromiso, pero cumplirla fielmente es una obligación.
Como nos cita el Rabino Mordejai Maarabi, tomado la plegaria matutina: “Bendito sea, el que dice y hace. Bendito sea, el que ordena y cumple”.

Shabat Shalom!
Rabino Pablo Gabe
Kehilá de Córdoba, Argentina

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