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«DEL MUY TOC AL MUY TOV»

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Compartimos, una vez más, unas hermosas líneas escritas por Marcela Zadoff, quien ya nos tiene acostumbrados a disfrutar de sus textos repletos de reflexiones y conceptos encantadores. A prestar mucha atención…

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¿Qué es una Kehilá?

Mucho más que un patrimonio, un legado, una cultura, un modo de vida. Es una red que sostiene y que te necesita para sostener a quienes están, eventualmente, en caída libre. Siempre decimos que somos descendientes de sobrevivientes, hoy podemos decir que somos sobrevivientes, hemos atravesado un conflicto muy grave que se llevó a algunos de los nuestros y que en Europa está recrudeciendo.

En ese momento que hoy, mágicamente, parece lejano, en ese encierro, se multiplicaron problemas individuales tanto físicos como psicológicos, agudizando “trastornos” previos como la sana obsesión de tener las manos limpias, que no sólo es un mandato de la fe (netilat iadaim) sino un TOC al que pudimos dar rienda suelta, y nuevas adicciones como el alcohol a toda hora, pero en gel.

Como una mano casi invisible en nuestro hombro, como un perfume leve pero persistente, la Kehilá te decía que seguía funcionando. La Escuela te llamaba para que no te distraigas, como todas las instituciones que te recordaban que aún en la virtualidad seguían para vos. También nos estaban enseñando que somos más fuertes cuando estamos juntos.

Las actividades comunitarias se intensificaron en una modalidad a la que hoy muchos seguimos conectados, no sólo por la bendición de compartir encuentros de estudio y ceremonias, sino por el acompañamiento que la virtualidad abrió. Como un maravilloso delivery rab, se multiplicó la palabra de Marcelo Polakoff en cada hogar, tratando de que nadie esté solo.

Y esas cámaras que creíamos eran vanidad de selfie, abrieron las puertas de cada casa a la reina Shabat. Se abolieron las distancias para un encuentro espiritual, que más de una vez vimos en lágrimas de feliz emoción en nuestro querido rab Gabriel Pristzker, y sentimos en las voces de nuestros queridos jazanim, Gustavo con su impronta única a puro talento y Jessica con su voz tan hermosa, que no viene sola, que nos ayuda a rezar con la familia incluida, en un acto de generoso amor a la Comunidad.

Sobre tres pilares el mundo está afirmado, nos enseña Pirkei Avot. Sobre el estudio, el trabajo y la solidaridad, esa bien entendida, la que empieza por casa y se extiende a nuestro entorno, como una piedrita que cae en una quieta laguna para mostrar la vida en círculos concéntricos.

De este modo y entre esos puentes, desde la telaraña de mis TOC escuchaba todo el tiempo voces que me decían TOV, voces de acompañamiento y esperanza. Se termina el año lectivo con todos nuestros alumnos en orden, con alumnos nuevos y con una fiesta que amamos y extrañamos, el Festival Hazemer. Díganme melancólica si aún recuerdo al Moré Aarón probando los micrófonos, díganme por qué no habría de extrañar al Moré Guili, sabiendo que es feliz en Israel con su familia.

Pero ayer, cuando pude entrar de nuevo al Cole de la Cole, con la excusa de llevarle una campera a mi hijo, verlos ensayar me llenó de emoción. Ver el templito abierto, transitar los pasillos, escuchar el entusiasmo de los peques jugando, la vida que sigue me llevó de la mano, me mostró la Kehilá que es ese ruaj, susurro de brisa y espíritu de vida, que casi sin darnos cuenta nos lleva del MUY TOC al MUY TOV acariciando nuestras almas. Gracias por siempre y para siempre.

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