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¿MASHIAJ? ¡NOSOTROS!

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Comentario de Parashat Haazinu, por el seminarista Dr. Gabriel Pristzker, de la Kehilá de Córdoba, Argentina

Esta semana leemos parashat “Haazinu”, «Escuchen los Cielos» en una traducción al español. Mayormente, se trata de la canción poética de Moshé con la que se despide del Pueblo de Israel. En esta “shirá” estaría escrito todo lo que fue, es y será, todo lo que sucederá con el pueblo de Israel hasta la llegada de la era mesiánica y el final de los tiempos.

En lo personal, y como en tantas otras ideas, sigo y me identifican las enseñanzas de RaMBáM (Maimónides), a quien cito desde el “Mishné Torá”, su Código de Ley Judía, respecto de la cuestión de la era mesiánica:

“No supongas que el Rey Mashiaj debe realizar milagros y maravillas, provocar nuevos fenómenos dentro del mundo, resucitar muertos, o realizar otros hechos similares; la cuestión no es así, pues Rabí Akiva, uno de los más grandes sabios de la Mishná, era uno de los partidarios del Rey Ben Koziva (Bar Kojba) y lo describía a él como el Rey Mashiaj. Él y todos los Sabios de su generación consideraron que fue el Rey Mashiaj hasta que fue asesinado debido a sus pecados. Por cuanto que fue asesinado, ellos comprendieron que él no era el Mashiaj. Las Sabios no le pidieron ninguna señal o maravilla. Y lo principal de esta cuestión es así: La Torá, con sus estatutos y leyes, es eterna. Nosotros no podemos agregar a ellos ni podemos disminuir de ellos. (Y toda persona que aumenta o disminuye la Torá, o da interpretaciones falsas, saca de contexto las mitzvot, es con plena seguridad un malvado y un apicorós, un hereje, Leyes de los Reyes 11, 3).»

En tanto visiones de un futuro en el que nadie ha estado (ni pueda jamás llegar a ir y luego volver) se escriben y se enseñan por aquí y por allá conceptos, a mi humilde entender, bastante distorsionados e hipertrofiados respecto de nuestro tema. Son, nada más y nada menos, opiniones.

Respecto de un plan que nos inspire a cada uno de nosotros a asumirse como un agente catalizador de la era mesiánica que, como dice RaMBáM, debe ser desmitificada de todo toda concepción supra natural y/o milagrosa, comparto con ustedes este relato:

Cuentan que un día una Sinagoga, que había sido muy famosa, estaba en decadencia. Cada día había menos congregantes.

El Rabino fue a consultar a un Maestro para que le diera algunos consejos y así su Comunidad volviera a florecer como en la antigüedad. El sabio dijo que no tenía ninguna palabra en concreto de Dios pero que solamente le podía decir una cosa: el Mesías estaba en el Sinagoga, el Mashiaj estaba entre ellos.

El Rabino regresó a la Sinagoga y contó lo que su Maestro le había dicho a los pocos miembros de su Comunidad. Ellos comenzaron a preocuparse y a preguntarse unos a otros en silencio quien sería el Mesías, ¿será Rafael, será Uriel, o acaso será Esther? El caso fue que aquellas personas como no sabían realmente quién era el Mashíaj, comenzaron a respetarse los unos a los otros, comenzaron a preocuparse los unos por los otros, a servirse los unos a los otros, pensando que tal vez al que le estaba sirviendo o al que estaban amando, o por quien se estaban preocupando, era realmente el Mesías.

Nos dice la historia que, poco a poco, la gente comenzó a darse cuenta de que en aquella pequeña Comunidad había armonía y había paz, y las personas se apreciaban y se llevaban bien, y se preocupaban los unos por los otros y se servían los unos a los otros. Las familias comenzaron a ir a la Sinagoga a visitarla y muchos jóvenes desearon entonces integrarse en la Comunidad y ser parte de aquel atractivo lugar que, como nunca antes, estaba de nuevo prosperando.

Hoy, alguien me dijo que entre nosotros esta el Mashiaj…

¡Shabat Shalom!
Seminarista Dr. Gabriel Pristzker
Kehilá de Córdoba, Argentina

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