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SHAVUOT: “PAISANDO” PALABRAS, DE LA “A” A LA “Z”…

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Sin rosco y sin participantes de la farándula (pero con muchos protagonistas comunitarios), nuestro rabino Marcelo Polakoff se puso el traje de “Ivan de Pinevich” para guiar a la Kehilá a través de uno de los juegos más apasionantes, y que ya se convirtió en un clásico de Shavuot: “Paisa”-Palabra. ¡Además, previamente se realizó la Tefilá de Arvit y nuestros alumnos de cuarto grado recibieron el Tanaj! Fue una noche completa y un nuevo jag vivido en comunidad…

Todo comenzó temprano, a las 19:30, en el Templo Beit Israel. Shavuot se inició, como corresponde, con el servicio de Arvit, y fue una Tefilá muy especial, intercalada con momentos que involucraron a muchas familias de la comunidad judía de Córdoba. Es que, claro, los chicos de cuarto de la primaria cumplieron con la tradicional recepción del Tanaj, entregado por sus familias, y resguardado en las bolsas que diseñaron especialmente los alumnos para la ocasión (con un hermoso Maguen David decorando cada creación).

El rabino Marcelo ofició la ceremonia, y durante la oración, invitó a diferentes chicos para que participen con lecturas, testimonios y muchas muestras de sabiduría acerca de la Torá y el Tanaj. El Presidente del Centro Unión Israelita, Cdor. Hugo Waitman, estuvo presente durante cada momento de la noche, y también tuvo el honor de pasear la Torá entre los asistentes a la Tefilá. También acompañaron a los chicos, mediante diferentes participaciones, las morot Nati Súcari, Myriam Jusid, Irene Robman, Romina Henquin y Romina Glatstein.

Luego de la emoción vivida por las familias, y de la bendición para los padres respecto de sus hijos, pronunciada por nuestro rabino, llegó el momento del Tikun de Shavuot, instancia tradicional del Jag, en la que se estudia en horario nocturno…

El telón se abrió, y el conductor de “Paisa”-Palabra Salió a escena. El centenar de participantes presentes se dividió en equipos y la competencia no dio respiro: juegos como “Caras y caretas”, “¿Los conoces?, “Adivina Adivinador” comenzaron a desarrollarse, y las mesas de jugadores se llenaron de adrenalina para disfrutar de la diversión, y también, por supuesto, para llevarse el máximo premio de la noche (una gran cena para todo el equipo). El espacio, además de entretener, también es un gran momento instructivo y de estudio, ya que los juegos permitieron a nuestro rabino brindar nuevas enseñanzas acerca de la festividad y otros elementos de la cultura judaica. Como si todo esto fuera poco, Fernando Israilevich estuvo presente para musicalizar la velada, y poner a todos en alerta durante los segmentos del juego “La pista musical”, donde los equipos debían identificar la melodía que sonara, y les aseguramos fue uno de los momentos más exitoso (y bullicioso) de la noche.

Un párrafo aparte para destacar el catering que acompañó al encuentro, con exquisitas brusquetas y pizzas artesanales de primer nivel, que se disfrutaron de manera permanente desde el inicio del juego hasta la otorgación de premios finales.

Fue una nueva noche inolvidable, disfrutada y vivida en comunidad, con todos los condimentos para que un nuevo Jag sea único… ¿Qué más nos queda?

Ah, claro…, es que con tantas cosas que se vivieron, casi nos olvidamos: ¡Jag Sameaj!

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