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SIETE EJERCICIOS PARA EL ASCENSO

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Comentario de Parashat Ree, por el rabino Marcelo Polakoff, de la Kehilá de Córdoba, Argentina

En esta porción de la Torá se nos enseña, entre tantísimos temas, cómo distinguir una brajá, o sea una bendición. Y como la semana que viene daremos comienzo al mes de Elul, antesala de Año Nuevo en el calendario hebreo, me pareció prudente descubrirles siete ejercicios necesarios para ascender a las Altas Fiestas, a modo de siete «brajot» (bendiciones) para entrenar el alma a un poco más de un mes de una maratón espiritual como son Rosh Hashaná y Iom Kipur. Es que es casi imposible saborear el gusto de una fiesta sin una buena preparación previa. Por eso nuestros jajamim (sabios) elaboraron una especie de programa espiritual de acercamiento a las fiestas. Es que elongar el alma no es fácil. Requiere mucho trabajo ponerla a punto para ser juzgada.

¡Me acompañan en su recorrido?
 
• 1-ELUL: Es el nombre del mes previo al de Tishrei. Así como Pesaj está vinculado a la salida de Egipto, y Jánuca a la recuperación macabea del Templo de Jerusalem, Rosh Hashaná no podía quedarse sin algún acontecimiento histórico. Por eso nuestros rabinos se pusieron a hacer cuentas y descubrieron que Moisés después de haber bajado del Sinaí con las tablas de la ley y romperlas en pedazos delante del pueblo que estaba adorando a un becerro de oro, volvió a subir al monte para pedir perdón a Dios por la conducta de su gente precisamente el primero de ese mes de Elul. ¿Y cuántos días estuvo allí arriba? Otros cuarenta. Es decir que bajó nuevamente con el perdón divino concedido y la segunda versión de las tablas exactamente el 10 de Tishrei, precisamente la fecha de Iom Kipur. Por lo que este período de treinta días se convirtió en el más apropiado para la teshuvá, el retorno o arrepentimiento, a fin de prepararse para llegar a Rosh Hashaná como el día del juicio que se coronará diez días después (los aseret iemei teshuvá, o diez días del retorno) en el día más sagrado del año: Iom Kipur.

• 2-SLIJOT: Ese balance del alma que hacemos durante el mes de Elul es ayudado por una serie de plegarias especiales llamadas “Slijot” (“perdones”), que suelen recitarse muy temprano en la mañana, a menudo antes de la salida del sol. Incluyen el recitado de los 13 atributos divinos (Éxodo 34:6-7) y varias poesías religiosas medievales. Los judíos sefardíes comienzan sus slijot a principios del mes, mientras que los judíos ashkenazíes lo hacen en la última semana del mes, usualmente con un servicio a la medianoche del sábado anterior a Rosh Hashaná.

• 3-SHOFAR: El oído (y el corazón) también se van acostumbrando cotidianamente al sentido del toque del Shofar, ya que al finalizar cada servicio matutino del mes de Elul (salvo en Shabat) se escucha la quebrada voz del cuerno de carnero.

• 4-SALMO 27: Dos veces por día al final de los servicios matutinos y vespertinos, es costumbre recitar el Salmo 27 que comienza con las palabras: «Dios es mi luz y mi salvación. ¿De quién he de temer?”. Nuestros sabios interpretaron que “mi luz” se refiere a Rosh Hashaná, y “mi salvación” a Iom Kipur, y así este salmo pasó a formar parte de la preparación espiritual para los Iamim Noraim.

• 5-KARTISEI BRAJA: El enviar estas tarjetas de salutación, aún sin ser parte prescriptiva de nuestra tradición, se transformó en parte del ejercicio de hacerse presente en el otro para decirle que uno está, para generar reciprocidad y respuesta. Y para prepararse para afrontar mejor comunitaria e individualmente el pasaje de un año a otro.

• 6-ATARAT NEDARIM: En la mañana previa a Rosh Hashaná no se toca el shofar, a fin de desear con mayor ímpetu escucharlo en la fiesta (otros más místicos opinan que es para confundir al Satán). Ese silencio de alguna manera es reemplazado por este ritual muy poco conocido de Atarat Nedarim, vinculado a la anulación de las promesas, y que tiene que ver con la restitución del valor de la palabra a quienes la han perdido por no haber podido cumplir con lo que habían dicho.

• 7-MIKVE: Así como en la víspera de Rosh Hashaná se prepara el espíritu con la plegaria, las slijot, con el Salmo 27, enviando o recibiendo kartisim y recuperando la palabra (otros también visitan tumbas de seres queridos, duplican su aporte de tzedaká y se tratan de acercar a quienes estaban alejados), se suele acostumbrar a preparar también el cuerpo (o “el almario”, al decir del escritor García Marquez). Se hace fundamentalmente cortándose el pelo y sumergiéndose en una mikve, es decir el baño ritual.

Ahora bien, los ejercicios ya están planteados. De cada uno de nosotros dependerá su relevancia. Son muy recomendables para iniciar el próximo año muy bien entrenados.

¡Shabat Shalom y Leshaná tová umetuká tikatevu vetejatemu!
Rabino Marcelo Polakoff
Kehilá de Córdoba, Argentina

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