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El tiempo es hoy

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Comentario de Parashat Nitzavim-Vaielej, por el rabino Pablo Gabe, de la Kehilá de Córdoba, Argentina

El tiempo es hoy

Jean Paúl Sastre, filósofo francés del siglo XX, dijo alguna vez: “No perdamos nada de nuestro tiempo; quizás los hubo más bellos, pero este es el nuestro”.

La Parashá que leemos en esta semana es Nitzavim-Vaielej. Leemos dos por una cuestión de calendario. En el año, tenemos más Parashiot que Shabatot. Por lo tanto, es necesario en algunas oportunidades, unificar dos secciones de la Torá, para que la misma pueda ser leída en forma completa, a lo largo de todo un año.

En esta oportunidad, quisiera reflexionar acerca de una cuestión que aparece en la primera de ellas: Parashat Nitzavim. En ella, el pueblo está parado frente a Moshé, pronto a sellar un nuevo pacto. Este pacto tenía que ver con el inminente ingreso del pueblo a al tierra de Israel. Es destacable que Moshé fallecerá poco tiempo antes del ingreso, noticia que ya había sido anunciada por D’s. Sin embargo, y a pesar del dolor que esto puede causar en Moshé, el líder del pueblo y primer rabino en la historia judía, no se desentiende de su tarea y está pronto a despedirse.

En su alocución, como en otros momentos de la historia, sirve de vocero de D’s ante el pueblo. Y en ese momento dice: “Empero, no con vosotros solos yo concreto este pacto, y la imprecación esta. Pues con el que está aquí con nosotros de pie, el día de hoy, delante de Ad’ vuestro D’s y con el que no está aquí con nosotros el día de hoy” (Devarim 29: 13-14). El pacto es sellado con todo el pueblo, y no solo con los que están en ese momento. Con los que ya se fueron, y con los que vendrán también. Todos somos parte de ese pacto, en cada una de las generaciones que nos toque vivir.

Al mismo tiempo, ya establecida por los Sofrim (escribas), esta Parashá es leída antes de Rosh Hashaná. Queriéndonos decir de alguna manera, que también nosotros estamos parados frente a D’s, a punto de iniciar un nuevo año, un nuevo ciclo. Y siguiendo al texto bíblico, un nuevo pacto. Y este pacto, como todos los demás, estará unido a la calidad de nuestros actos, a nuestro comportamiento.

No somos la generación que salió de Egipto y que dio nacimiento al pueblo de Israel. No somos la generación que ingresó a la tierra prometida, ni la que sobrevivió a los pogroms. Tampoco estuvimos junto al Palmaj, ni a quienes fundaron el Estado de Israel. Pero somos parte del mismo pacto, como lo fueron ellos, y como lo serán los que vengan tras nuestro. Y cada año, cada Rosh Hashaná, tenemos la hermosa posibilidad de renovarlo, con el pasado que nos marcó, y con el futuro de nuestro pueblo, del cual somos responsables. Sin importar, qué tiempo nos toca vivir.

No perdamos nada de nuestro tiempo; quizás los hubo más bellos, pero este es el nuestro.

Shabat Shalom!
Rabino Pablo Gabe
Kehilá de Córdoba, Argentina

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