Una grata sorpresa para nuestra comunidad ocurrió durante el Festival “Una ciudad, todos los pueblos”, organizado por la Municipalidad de Córdoba hace algunos días, en el Parque Sarmiento de la ciudad. Es que Alina Akselrad, integrante de la Kehilá, y miembro del Coro Shir Hashirim (que se había presentado artísticamente durante el encuentro) fue elegida y premiada como Embajadora Cultural, representando al Centro Unión Israelita. ¡Qué orgullo para todos! Rápidamente, nos pusimos en contacto con ella para que nos cuente algunas de sus sensaciones…
Alina tiene 18 años, es de Córdoba Capital, está cursando su último año de Escuela Secundaria y además, tiene la responsabilidad de escoltar la Bandera Nacional en el Colegio Bilingüe San Patricio.
“Disfruto mucho de compartir actividades con mi familia, las festividades, viajes y la música. Con mi mamá, somos integrantes del Coro de la Comunidad «Shir Hashirim». Mis objetivos inmediatos están en terminar mis estudios secundarios, comenzar Periodismo y Locución. y visitar Israel”, nos cuenta la protagonista.
¿Cómo sucedió todo durante la jornada de aquel sábado en el Parque Sarmiento?
“Ese sábado llegué al evento acompañada de los miembros del Coro Shir Hashirim para actuar y compartir nuestra música en el Festival de Colectividades. Luego de nuestra presentación, vimos que estaban listos para subir al escenario todas las parejas de representantes de los distintos países para una especie de desfile. Mi mama notó que no teníamos representantes de nuestra comunidad. Entonces, le propuso al Rabino Marcelo Polakoff y al Presidente del Centro Unión Israelita, Cdor. Hugo Waitman, la posibilidad de que yo suba y represente a nuestra Kehilá junto al Director del coro, Fernando Israelevich, sobre todo para mostrar a las diferentes comunidades y a los ciudadanos de Córdoba, que la comunidad Judía estaba presente y de esta forma llevarles un mensaje de paz. Ambos estuvieron de acuerdo en que Fernando y yo seamos los representantes.
¿Y entonces? ¿Qué pasó en ese gran momento?
“Subimos al escenario, nos presentamos, dimos un mensaje de paz y unión de los pueblos, y finalizamos nuestra presentación cantando «Ufros Aleinu», a capella. Sentimos mucho orgullo de estar ahí, en nombre de nuestro pueblo frente a una gran diversidad de culturas. Uno de los votos para ser nombrados Embajadores Culturales se basaba en el aplauso del público. Lamentablemente, para esa hora una parte del público de nuestra Kehilá ya se había ido, pero sin embargo, sorpresivamente fuimos los segundos más aplaudidos. De esta forma, nuestro objetivo estaba cumplido, el mensaje de paz había llegado a cada uno de los presentes. Con Fernando ya nos sentíamos plenos.”
¿Es la primera vez que participás de este tipo de premiaciones?
“No, no es la primera vez. Actualmente, soy Reina Regional de la ONG Vaso de Leche, 1era Princesa Provincial del Festival del Olivo, Reina Nacional de la Frutihorticultura, 3er Finalista Miss Mundo Córdoba, y ahora también 1ra Embajadora Cultural del Festival de Colectividades de la Municipalidad de Córdoba.”
¿Qué sentís con respecto a haber obtenido esta distinción, en representación del pueblo judío?
“Estoy muy contenta por haber participado de un concurso de estas características, donde lo importante no es la belleza física, sino el mensaje que logramos transmitir. Como siempre digo, la belleza no se mide ni se pesa, está más allá de lo que nuestros ojos pueden percibir, se demuestra a través de acciones y comportamientos, donde lo que pensamos, sentimos, decimos y hacemos, tiene concordancia, valores y principios. Ser Embajadora Cultural alberga la enorme responsabilidad de portar un mensaje de Paz, Tolerancia y Unión entre todas las culturas que hacemos a diario que nuestra ciudad sea un ejemplo de convivencia para todas las corrientes inmigratorias que la conforman. ¡Shalom!”
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