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La familia es lo primero

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Comentario de Parashat Toldot, por el seminarista Dr. Gabriel Pristzker, de la Kehilá de Córdoba, Argentina

Esta semana leemos parashat «Toldot». En ella se suceden, vertiginosamente, hechos y sucesos básicamente familiares. Intrigas, pasiones, glorias y penas humanas pasan delante de ojo del lector (nosotros!) y todo se «cocina» allí en el intercambio de palabras y hechos de y en la vida familiar de nuestros patriarcas. Y es que, en realidad, todo el Sefer Bereshit (Libro del Génesis) pareciera ser un raconto de, por decirlo de algún modo, narrativas domésticas.
¿Es esto casual? ¿Es el primer Libro del Libro de los Libros una versión mejorada y decente de una novela venezolana? ¡Jalila! Dicen en hebreo: «válgame Dios, jamás!.» 
Intentemos una respuesta. Vayamos para esto a un pasaje de la Torá que, quizás, les resuene en la mente/corazón:
«Y habrás de narrar a tu hijo en aquel día diciendo: por causa de esto (las mitzvot) Dios ha hecho (milagros) para mí al salir yo de Egipto» (Shemot 12:8)
Respecto de la salida de Egipto encontramos que la Torá enfatiza que una de las funciones más importantes que los padres y madres poseen es la de educar a sus hijos enseñándoles la tradición judía. Al respecto dice el Shemá, una de las mas importantes oraciones del Pueblo de Israel: “Veshinantam lebaneja”, y le explicaras a tus hijos…
Recuerden también que “no se es maestro salvo siendo un poco padre, y no se es padre salvo siendo un poco maestro». Tal vez sea por esto que, en hebreo “morim” – maestros, tiene la misma raiz que “horim” – padres (J. Barullo).
Cuando cumplimos con nuestra responsabilidad como padres/eslabones del pueblo judío, transmitiendo nuestra cultura y tradición, también podremos conservar nuestra particular condición y derecho a ser diferentes y, desde nuestro lugar particular, aportar y enriquecer el mundo con nuestro granito de arena judío.
¿Y no es el hogar, el marco de lo «doméstico», acaso el lugar por excelencia donde se habilitan todas las oportunidades para esta siembra de semillas de tradición y pequeños regalos de enseñanza?

«Mishpuje», familia, decían nuestros abuelos (ashkenazíes por lo menos). Mishpajá en hebreo. La familia. Lo doméstico. Lo de intra-casa. ¿Novela venezolana? No lo sé. Quizás algunas familias lo sean, a veces. Más allá de eso: en educación judía, la familia, siempre, es lo primero.

¡Shabat Shalom!
Seminarista Dr. Gabriel Pristzker
Kehilá de Córdoba, Argentina

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