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TRAS BAMBALINAS

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Es una de las apuestas teatrales más grandes en la historia de la Kehilá de Córdoba. El grupo Ze Ma Iesh, elenco estable de la comunidad, presenta “Sansón y Dalila, una historia de amor, traición y pasión ”, un espectáculo multidisciplinario que involucra a un gran número de artistas en escena, con actuación, canto, baile, y muchas sorpresas. Esta semana conversamos con Brenda Rosencovich, Directora del grupo, y también con dos de las actrices de la obra, para que nos cuenten cómo viven los días previos al estreno y nos adelanten algunas sorpresas para el público…

Brenda Rosencovich (Directora General del espectáculo)

 

¿Qué es “Sansón y Dalila”?

“Sansón y Dalila es un espectáculo que nace después de lo que fueron los 100 años de la Kehilá y la representación que realizamos en aquel entonces, y con la idea de volver a encontrar a todos los artistas de la comunidad en una misma presentación., esta vez, a partir de una obra de teatro. Elegimos esta historia por ser clásica, conocida por todos, para poder transmitirla a través del coro, la danza, el teatro, proyecciones audiovisuales, y muchas sorpresas más.”

¿Cómo se viene esta obra que anticipa ser grandiosa?

“Hicimos un trabajo muy grande, son 40 artistas en escena más 30 niños, porque también tenemos invitados especiales que son los chicos de quinto y sexto grado de la escuela, algunos de ellos van a actuar, otros van a bailar, y nos van a acompañar en este gran espectáculo que tendrá intervenciones por todas partes. ¡Tendremos de todo! El teatro estará intervenido en su totalidad, estamos trabajando con una escenografía grande, queríamos realmente hacer todo “a lo grande”, y lo estamos consiguiendo con mucho trabajo de por medio.”

¿Quiénes te acompañan para llevar a cabo esta producción? ¿Y cómo sentís esto de ponerla en escena en el Teatro Real?

“Tenemos la Dirección de Marcelo Marianoff en lo coreográfico, la Dirección de Fernando Israilevich en lo musical, vamos a contar con música original realizada por él, y yo estoy en la Dirección teatral y general del espectáculo. Nos estamos jugando con una apuesta muy grande para nuestra comunidad. La invitación está abierta para todos, los esperamos y queremos que nos ayuden siendo parte de este espectáculo, porque el público es muy importante. Tal como fue para el Centenario de la Kehilá, estamos nuevamente en el Teatro Real, un escenario espectacular, y un gran desafío a la vez.”

¿Qué expectativas tenés? ¿Cómo estás viviendo estos días?

¿Expectativas? Miles. Yo como Directora General, no veo las horas de que llegue el momento de observar cómo queda el espectáculo, porque es algo inmenso, y a diferencia de nuestras anteriores obras, al ser el formato más pequeño, podía ver la totalidad en los ensayos, pero acá es algo tan grande, que entre escenografía, rikudim, música, coro, y la cantidad de artistas que somos, es un proceso maravilloso que me hace ansiar cada vez más el estreno. Venimos ensayando desde mayo del año pasado, así que tengo mucha ansiedad y ganas de ver la obra plasmada en el escenario.”

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Tzipora Schoijit y Sarita Sosnowski (actrices de Ze Ma Iesh)

¿Qué sienten a tan pocos días del estreno de la obra?

Tzipora Schoijit: “Mucho nerviosismo. Es una responsabilidad muy grande la que tomamos, porque, si bien nosotros la pasamos bárbaro en los ensayos, queremos que la gente pueda disfrutar de una obra que representa una pequeña parte de nuestra frondosa historia judía, de una manera amena, grata, y por eso proponemos algo interdisciplinario.”

Sarita Sosnowski: “Estamos muy ansiosos, queremos que ya se dé. Hace un año que estamos ensayando, y realmente quiero destacar la conjugación de artes que vamos a poner en escena: teatro, cine, pintura, música y danza. Eso es algo muy valioso.”

Con mayor o menor experiencia, ¿Cómo se enfrenta el momento de salir ante el público, situación que no puede ensayarse nunca?

Tz.S.: “Primero que nada, voy a aclarar: actriz, no soy; docente, sí. Yo lo tomo de esta forma: así como todos los años tenía que prepararme para ir a dar mi primer discurso de apertura de ciclo lectivo (¡y tenía unos nervios!), entraba, saludaba, y se terminaban los nervios, se comenzaba. Bueno, así es esto también. Se actúa, se dice lo que hay que decir, y se hace lo que hay que hacer.”

S.S.: “Yo personalmente lo vivo con mucha alegría, porque me encanta lo que hago, y siento que aunque un ensayo pueda haber salido no tan bueno, yo no sé qué pasa, pero mágicamente se abre el telón y pasa otra cosa: sale todo bien.”

¿Cómo son sus papeles? ¿Qué rol les tocó? ¿Qué pueden adelantarle al público?

Tz.S.: “Como nuestros papeles no son tan grandes, yo solo voy a adelantar que soy una filistea. Pero que no se asuste nadie, a mí me gustan los israelitas.”

¿Y cómo se prepara este papel de filistea, casualmente desde una visión histórica a la que siempre tuvimos como pueblo, viviendo la situación pero desde el otro lado?

Tz.S.: “Yo considero que las madres son madres en cualquier pueblo, y yo soy una madre filistea de dos bellas hijas filisteas. Simplemente trato de no ser una Idishe Mame, nada más que eso.”

S.S.: “En mi caso, ella no es mi madre. Yo soy una de las jóvenes israelitas, a quien le hubiese gustado que Sansón la tuviera en cuenta… Pero no puedo adelantar más que eso por ahora.”


¿Cómo fue la preparación, los ensayos, el trabajo en sí mismo durante todo este año? ¿Cómo prepararon sus papeles?

S.S.: “Es una tarea muy difícil, sobre todo teniendo en cuenta que somos todas personas grandes, con ocupaciones, con hijos chicos, y a veces se complica mucho. Sin embargo, ponemos nuestro mayor esfuerzo y compromiso, porque sabemos que es para la comunidad. En cuanto al papel en sí mismo, uno juega con eso; a veces podés confundirte con lo que sos a diario, y entonces eso puede llevar más tiempo de ensayo; de pronto sos una persona más enérgica y te toca un papel más delicado, o viceversa, y es el gran desafío de ubicarse en ese rol y jugar ese nuevo papel que te puso la vida.”

Tz.S.: “A mí me gustaría aportar algo a esto: yo no vengo desde los inicios del grupo Ze Ma Iesh, sino que por una de esas cosas de la vida, cuando fue el Centenario de la comunidad, me pidieron que les diera una mano, y a partir de allí, entré y hoy soy feliz. La pasamos espectacular, es un grupo humano cálido, Brenda es una Directora y compañera genial, nos entendemos sólo con mirarnos; realmente se disfruta mucho.

¿Qué opinan del trabajo multidisciplinario y los ensayos generales que involucran a diferentes producciones artísticas?

Tz.S.: “En primer lugar, es importante decir que el trabajo multidisciplinario puede hacerse porque la obra se presta para esto, y al mismo tiempo permite que sea un proyecto pensado y dedicado para la continuidad, para los chicos, es para grandes y chicos. Y la realidad es que, cuando se puede, es un desperdicio no aprovecharlo, y en nuestra comunidad hay de todo.”

S.S.: “Yo lo vivo como un gran desafío. Con todos los desafíos que me puso Brenda en estos años, siempre me animé, jamás dije que no; me pareció genial poder animarme a un montón de cosas, desde el drama, lo cómico, lo tragicómico, la película, y ahora algo multidisplinario. Es espectacular poder probar de todo.”

¿Cómo resumirían lo que hoy significa Ze Ma Iesh para ustedes?

S.S.: “No tengo las palabras justas, son esas experiencias a las que es difícil ponerles un nombre; es poder vivir mi judaísmo en esta comunidad, de otra manera. No sólo con lo que se hace a diario, yo en mi caso soy Morá, hago rikudim, me comprometo mucho con la comunidad, pero sin tener las palabras exactas, es otra faceta más para poder aportar a la comunidad desde mi judaísmo.”

Tz.S.: “Después de 40 años de docencia, para mí esto es extraordinario. El nombre es Ze Ma Iesh, es decir, “Es lo que hay” (traducido al español); y esto es lo que puedo seguir dando, lo hago de corazón, me divierto, nos divertimos, acá no hay experiencias personales, no nos sentimos primeros o segundos actores. Estamos.”

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