– El mundo es eso – reveló -.
Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.
Eduardo Galeano
Buscando acercar nuestros fueguitos, los chicos y las chicas de segundo grado realizamos nuestro “campamento virtual” en el que fuimos compartiendo juegos, músicas, anécdotas, risas y poesías.
Nos conmovimos al ver “los refugios” que cada uno preparó en un lugar de su casa y pudimos sentir el calor de cada “fogata”. El equipo de la escuela está muy agradecido por el apoyo de cada familia y por la magia que cada niño y niña aportó. Estuvimos muy juntos y con la poesía de cada uno se fue tejiendo una hermosa trama que nos cobijó.
Aprendieron canciones como “Che-calaca” o “Un amigo es una luz”, esa canción típica de los campamentos antes de comer. Buscaron algún juguete preferido y lo compartieron en cámara. También algo de la casa que comience con la letra p, ejemplo “plato”, y algo que usan para dormir y que les gusta tener siempre cerquita.
Entre momentos de conexión para compartir y otros sin conexión para preparar la cena o asearse, fuimos vivenciando una noche inolvidable, con fogón y juegos de linternas. Para culminar el evento, a la mañana siguiente compartimos un Kabalat Shabat todos juntos.
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