Lag BaOmer es una fiesta religiosa judía celebrada el día 33 de la cuenta del Omer. Esta festividad conmemora la victoria de la Rebelión de Bar Kojba sobre los romanos. Rabí Akiva (50-135 E.C.), personaje principal de la historia, nació en Yehudá. Pertenecía a una familia humilde y no recibió una educación regular. Durante su juventud, trabajó como pastor para uno de los ricos de Jerusalém: Calba Sabúa. Al poco tiempo, se enamoró de su hija Rajel. Ella aceptó ser su esposa, a condición de que comenzara sus estudios en la Academia de Lod. Akiva partió a la Academia Rabínica y residió allí por un espacio de 24 años. Cuando regresó a su hogar, transformado en uno de los más famosos sabios de Israel, lo hizo acompañado por miles de alumnos. Su profundo amor por Israel no eclipsó en ningún momento su visión universal. Halló en el versículo: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo” el fundamento de la Torá. Rabí Akiva fue, sin lugar a dudas, no sólo el gran maestro de su generación, sino que imprimió también una profunda huella en el pensamiento judío de todos los tiempos. Concibió el estudio de la Torá como uno de los elementos esenciales para la existencia de Israel: “Así como el agua es para los peces – así es la Torá para Israel”.
La importancia de Lag Baomer radica en su papel como una pausa en el período de luto de Sefirat HaOmer, su conexión con la vida y obra de Rabí Shimon bar Iojai y su celebración de la naturaleza y la renovación de la vida.
En el marco de la celebración de esta Festividad, el lunes los alumnos de 6º grado se organizaron en equipos e ingresaron a todas las kitot del primario para contarles a los talmidim la historia de este hermoso Jag. Además, se caracterizaron como los personajes principales y llevaron juegos interactivos para compartir. También juntaron ramitas para confeccionar una fogata en los cuadernos y carpetas, como actividad manual. El martes, todos los alumnos de primaria y secundaria se reunieron en el playón de la escuela y junto a nuestro Rab Gabriel encendieron la medurá (fogata) y escucharon el relato del Jag. ¡La celebración culminó con una alegre harkadá de bailes israelíes!
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