Se inició el nuevo ciclo de cine para adultos del Centro Unión Israelita. En una iniciativa llevada a cabo por los coordinadores del taller de lectura del grupo de adultos mayores Golda, una vez por mes, sus integrantes compartirán la proyección de alguna película para luego debatir acerca de ella y encontrar puntos de vista profundos y controversiales.
El Lic. Damián Kaplan y la Lic. Sofía González fueron los moderadores del encuentro. A su vez, como mencionamos, ellos son los encargados de realizar todos los miércoles el taller de lectura-debate en el primer piso del CUI.
El jueves pasado el salón destinado se vistió de cine y se completó con 25 personas que participaron de la actividad, incluidas algunas de Buenos Aires y otras de Alta Gracia.
El tema trabajado fue “Permitidos y prohibidos en la tercera edad”, utilizando como disparador el film “El amor en los tiempos del cólera”, basada en una novela del recientemente fallecido célebre escritor Gabriel García Márquez.
Luego de la película, observada atentamente por todas las participantes, comenzó el momento del debate, y de allí se pudieron extraer diferentes conceptos que intentaremos narrarles aquí:
Jaque al rey joven
En la sociedad actual, la juventud se posiciona como “única propietaria” del derecho sexual, del poder de generar nuevas parejas, de poder disfrutar de su cuerpo, ya sea para comer, bailar o reírse. La tercera edad, entonces, pareciera quedar excluida del disfrute de la vida en general y se construye como el momento de las pérdidas, elemento que lejos está del ideal juvenil.
La película “El amor en los tiempos del cólera” resulta interesante porque, entre otras cuestiones, pone en jaque los prejuicios y las falsas creencias sobre lo que es «ser viejo».
En el film, todos permitimos a Fermina y Florentino hacer uso de estos placeres de la vida. ¿Por qué no nos molesta esta posibilidad de amor? ¿Por qué permitimos a Fermina y Florentino que se quieran?
Quizás somos capaces de encontrar belleza en cuerpos y personas que tienen una historia que los hace bellos.
Quizás todos tenemos un amor perdido o no correspondido que nos gusta mantener con esperanza.
Quizás todos sentimos revivir alguna vez el enamoramiento con cosquillas en la panza por más de que no seamos para nada adolescentes.
Quizás a nadie le gusta que le digan que se pierde la capacidad de vivir por el hecho de haber vivido muchos años.
Quizás todos queramos ser un poquito rebeldes cuando se nos quita la capacidad de afirmar la vida.
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