En los tiempos actuales, la innovación y la creatividad son los motores que energizan a la sociedad, gestándose con ellos la idea de un futuro quizás no tan lejano. Estas dos herramientas, no sólo son productos de la inteligencia y de la imaginación humanas, sino que también son las cualidades con las que Dios concibió todo lo que existe.
Bereshit fue el acto creativo por excelencia, y todo lo nuevo tiene una chispa de ese génesis primordial. El pasado sábado, Judaísmo a la carta permitió conocer esa intimidad, buscando comprender la lógica y el mensaje de ese divino quehacer. El rabino Gabi Pristzker abrió su pantalla sacudiendo con un concepto central: toda la creación procura instalar un orden a partir del caos. Desde un estado de confusión y anarquía, se comienzan a acomodar y separar las partes, ocupando cada una el lugar que le corresponde y el rol que le cabe desempeñar en ese proyecto supremo llamado Mundo.
En lo referido al ser humano, rescató dos pilares básicos: la libertad y la responsabilidad. Estos atributos son los que nos permiten construirnos como personas, ya que en base a ellos podemos elegir y hacernos cargo de nuestras decisiones. Un libre albedrío responsable es una meta y un ejercicio cotidiano, un camino para nuevas y productivas creaciones.
Siguieron las preguntas y los comentarios para cerrar un enriquecedor momento de estudio y de reflexión. Como sucede cuando vemos una buena película, el debate continuó en cada hogar. No te pierdas el próximo capítulo de esta cita obligada que cada fin de mes nos convoca. Te estaremos esperando.
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