Como comunidad, fuimos a representar a Israel, un país joven con la fuerza de un pueblo milenario.
No solo un Estado pujante y moderno, sino un concepto que inspira a los judíos de todos los tiempos: lucha, esperanza, trabajo, renovación. Israel es un pueblo que baila, ríe, llora, y defiende la vida con orgullo y decisión.
Gracias a todos los que se sumaron, compartieron esta emoción y unieron a nuestras generaciones en este hermoso encuentro. ¡Am Israel Jai!
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