El sábado 16 de diciembre, por la noche, fue el tradicional Concierto Abierto de Jánuca, en el Templo Beit Israel de la Kehilá de Córdoba.
La gente que se acercó a la Sinagoga mayor de nuestra ciudad pudo disfrutar de una verdadera noche de arte, música y emoción.
Nuestro rabino, Marcelo Polakoff, recibió a los invitados y brindó una breve explicación acerca de Jánuca, su significado y porqué está asociada directamente con el pluralismo.
Más tarde, comenzaron las presentaciones.
El Ensamble Vocal Rishrush se encargó de la apertura, y realizó un repaso por algunos de sus «hits» más reconocidos, como «Shabat Shalom» o «Desde tierras muy lejanas», y cerraron su presentación entonando «Maoz Tzur», la clásica melodía de Jánuca.
Luego fue el momento de melodías tradicionales argentinas, y llegaron con el «Dúo Onix», que interpretaron hermosas canciones como «Adiós, Nonino», «Alfonsina y el mar», o «El día que me quieras».
Más tarde subió a la bimá del Templo Facundo Farrando, acompañado por un violinista, Francisco Castro, e interpretaron bellos temas folklóricos compuestos por el cantante. Uno de los momentos más lindos de la noche fue cuando Facundo invitó a uno de los niños de la Orquesta Benjaminos a tocar el bombo durante su presentación (lo vio muy entusiasmado con sus movimientos, y la invitación fue irresistible). Esto fue sólo la introducción para lo que sería un final maravilloso.
La Orquesta Sinfónica Benjaminos, oriunda del barrio Villa El Libertador, Córdoba, está compuesta por casi 80 chicos, cada uno con sus instrumentos, dirigida por Pedro Aballay y organizada por el «Pollo» Diaz. Hicieron una gran presentación durante el concierto de Jánuca, causando el deleite de todo el público. Música de Mozart, de Beethoven, danzas húngaras, y hasta una versión inédita de «Despacito», fueron sólo una parte de un repertorio que emocionó a todos.
El cierre musical fue con el Jazán Gustavo Serrano Peker, que interpretó Etz Jaim Hi (el tradicional texto con el que se guarda la Torá en el Aron Hakodesh), y luego un infaltable: «Si yo fuera rico», de la obra «El violinista sobre el tejado».
Los discursos estuvieron a cargo de Monseñor Ñañez, quien saludó a la comunidad judía por la festividad actual, y luego habló el Presidente del Centro Unión Israelita, Cdor. Hugo Waitman, quien agradeció la participación de todos los artistas y público presente, celebró la posibilidad de compartir este jag con el resto de la comunidad cordobesa, y además hizo un anuncio muy especial: ante la necesidad de incluir un cello en su orquesta, les comunicó a los «Benjaminos» que la Kehilá de Córdoba donaría el instrumento para que los niños puedan disfrutarlo en sus próximas presentaciones.
Para el final, todos juntos encendieron la quinta vela de la gran Janukiá, en el ingreso de la Sinagoga.
Fue un concierto inolvidable y muy emotivo, digno de una noche de luminarias muy encendidas.
¡Jag Sameaj!
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