Rápidamente, se convirtieron en una de las grandes revelaciones del último año. Son el motor de la juventud judía de Córdoba, y con su trabajo, empeño y entusiasmo, consiguieron resultados estupendos. ¡Estamos hablando de Flor Teper y Echi Migdal, los coordinadores de Mahut, el grupo de jóvenes del Centro Unión y Macabi Noar! Esta semana conversamos con ellos:
¿Quiénes son Flor y Echi? ¿Cómo resumirían su historia trabajando con jóvenes?
«Somos Flor y Echi, profesionales apasionados por la educación y la transmisión del judaísmo! Yo, Flor, soy psicóloga comunitaria. Y yo Echi, soy docente de nivel primario. Los dos recorrimos juntos una larga trayectoria siendo madrijim, coordinadores y directores de uno de los templos más grandes de Buenos Aires, donde fuimos aprendiendo y adquiriendo un montón de herramientas. Flor también trabajó coordinando la tnuá masorti latinoamericana (Noam AmLat), y Echi viajó como asesor a Iquitos, Perú, para capacitar a los jóvenes de allá. Trabajamos juntos hace varios años, en diferentes proyectos de juventudes y desarrollo comunitario.»
¿Con qué se encontraron cuando llegaron a la Kehilá de Córdoba?
«¡Uf, con un montón de cosas hermosas! Nos recibieron de la mejor manera, mostrándonos Córdoba, sus paisajes, costumbres y cultura. Nos encontramos también con una comunidad y un club con muchísimas ganas de apostar a la juventud, y con jóvenes que, sin saberlo, estaban en búsqueda de un lugar comunitario de pertenencia, que poco a poco empezaron a conocer con Mahut. Jóvenes con diferentes historias, con diferente recorrido en la comunidad judía de Córdoba, pero todos con mucha intriga y deseo por conocer a otros/as y conocer más acerca de sus raíces.»
¿Qué encuentran de diferente, al momento de trabajar en una Kehilá del interior del país, respecto de Buenos Aires?
«Principalmente, creemos que lo especial y atractivo de trabajar en una Kehilá del interior del país, es el sentido de familia y pertenencia que encontramos acá. El que todos conozcan a todos o quieran conocer a los que no, para hacerlos sentir parte y en su lugar. Además, el esfuerzo y compromiso que se ve tanto de voluntarios/as, profesionales y socios/as por hacer que se mantenga vivo el judaísmo en cada día, en cada jag, en cada acción. Es emocionante ver todo lo que se hace en la comunidad, todas las personas que se involucran activamente y todos los nuevos proyectos que se ven cada día.»
¿Cuáles son los mayores desafíos actuales para el trabajo con la juventud? ¿Qué creen que necesitan los jóvenes cordobeses?
«Por suerte, desafíos hay muchos. Por un lado, que toda persona que haya pasado por Mahut continúe eligiendo pertenecer, eligiendo Mahut como su lugar para vivir el judaísmo. Por otro, que nuevas personas se sumen y entre todos/as sigamos haciendo crecer este hermoso grupo. Creemos que nuestro desafío es siempre continuar sorprendiendo a los y las jóvenes, generando un «efecto sorpresa» con diferentes propuestas, actividades, contenidos y experiencias. De esa forma, que cada uno y cada una encuentren su lugar, su forma de participar y su conexión, más allá de dónde viene, cuánto sabe del judaísmo o cuánto conoce a los demás.»
Cada vez son más los jóvenes que se suman a Mahut y las propuestas se multiplican cada semana ¿Por qué creen que lograron este gran éxito en este tiempo?
«Creemos que este necesario «efecto sorpresa» del que hablábamos antes, causó un gran y lindo impacto en la juventud cordobesa, donde se encontraron con caras nuevas, caras conocidas, y dinámicas variadas y novedosas que fomentan al intercambio, a la reflexión y a que cada uno/a encuentre sus preferencias. Para las personas que venían del Cole y Macabi Noar, les es muy gratificante encontrarse con jóvenes que aún no conocían, y a las personas que no tuvieron una educación judía, les resulta muy lindo aprender y conectarse con sus raíces. Además, creemos que el hecho de que vengamos de otro lugar, hizo que ni nosotros tengamos prejuicios ni ellos de nosotros, por lo que generaba intriga y expectativa de ambas partes. Siempre generando lazos individuales con cada jóven, para que cada uno y cada una se sienta escuchado, y hagamos de Mahut un espacio especial para, ¡y a su vez un espacio construido de jóvenes para jóvenes! Por último, hubiese sido imposible sin el apoyo de las comunidades, sin la hermosa Casa Mahutense y sin el empuje de la mesa directiva y la mesa joven de voluntarios de Mahut.»
¿Qué mensaje dejarían para la Kehilá de Córdoba tras esta primera etapa de trabajo en la comunidad?
«Que son una comunidad hermosa, que el sentimiento de constante crecimiento y pertenencia que tienen es súper valioso. Que les agradecemos un montón este comienzo, y que por suerte desde el primer momento nos sentimos parte de la Kehilá y del Club.
Que sigamos así, apostando a más y logrando que cada vez seamos más estos «locos apasionados» por la grupalidad, la comunidad, la pertenencia y el constante crecimiento.»
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