Durante el mes de Elul, sonó cada mañana en la escuela el sonido del Shofar a cargo de nuestros Rabinos o de estudiantes que mantuvieron nuestra tradición.
Cuentan los sabios en el Midrash que cuando el pueblo cometió el error de construir el Becerro de Oro, un momento de desviación de su camino espiritual, Moshé descendió del monte Sinaí con las primeras tablas de la Ley. En su descenso, ocurrió un evento que nos enseña mucho sobre la naturaleza humana: algunas versiones nos dicen que Moshé rompió las tablas, mientras que otras cuentan que las tablas se cayeron debido a una serie de circunstancias. Sin embargo, lo que es innegable es que este fue un momento crítico en la historia del pueblo judío.
Cuando Moshé volvió a subir al monte Sinaí para recibir las segundas tablas de la Ley, este proceso comenzó en el primer día del mes de Elul, y culminó 40 días después, en el décimo día de Tishrei, que coincide con Iom Kipur, el Día del Perdón. Durante esos 40 días, que abarcan todo el mes de Elul y los 10 primeros días de Tishrei, se hizo sonar el Shofar como un recordatorio constante para el pueblo de Israel.
La tradición del sonido del Shofar en Elul nos insta a prepararnos y rectificar nuestros caminos, a corregir nuestros pensamientos y acciones para no caer en los mismos errores del pasado.
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