Durante mucho tiempo fue un gran sueño. Hoy, es una realidad encaminada. La Comunidad Judía de Córdoba tendrá su primer museo digital de la historia. Será un espacio sin precedentes, y repleto de historia insoslayable para la vida de nuestra Kehilá. Florencia Magaril, Directora de «Aleph, Espacio Cultural», junto a Paloma Braverman, están a cargo de este proyecto sensacional. Esta semana, conversamos con Flor para que nos cuente los últimos detalles:
¿Cómo surgió la idea del museo? ¿Cómo estaba planteada originalmente y que modificaciones se fueron dando con el tiempo?
La idea del Museo Judío de Córdoba comenzó hace tres años aproximadamente, en realidad antes. El puntapié inicial fue el gran trabajo que realizó la investigadora Paola Feldman al rescatar, catalogar y organizar todo el archivo de la comunidad que se encontraba desordenado y en desuso. Una vez que dicho archivo estuvo organizado, surgió la idea de exhibirlo de algún modo. Allí fue cuando desde el Centro Unión Israelita me convocaron para pensar juntos una propuesta. Yo llevaba ya algunos años trabajando en las áreas de museología y curaduría de varios museos de Córdoba, Argentina y México.
Luego de dos meses de desarrollo, presentamos el proyecto del MuJU Córdoba (Museo Judío de Córdoba) junto a Paloma Braverman, actual productora general de Aleph. La propuesta estaba pensada para ser desarrollada en un nuevo edificio. Contemplaba grandes instalaciones y salas interactivas que funcionaban como estaciones temáticas. Era un proyecto muy ambicioso en términos de espacios y presupuestos. Se comenzó a trabajar con reconocidos arquitectos a nivel nacional y local, y luego de varias idas y vueltas, se definió la imposibilidad de emplazar el museo dentro del edificio del Centro Unión Israelita, por lo que había que pensar una nueva propuesta. Cuando estábamos en ese proceso, llegó la pandemia, la cuarentena y el distanciamiento social obligatorio. En ese marco, ya como Directora del Espacio Cultural Aleph, junto a Paloma pensamos que el contexto era ideal para replantear el proyecto del museo desde un lenguaje virtual. Con todo el apoyo de nuestro presidente, Hugo Waitman, el rabino Marcelo Polakoff y la subcomisión de cultura del CUI, que activamente contribuyó a repensar las ideas y propuestas, el MuJU adquirió un nuevo perfil digital para convertirse en un museo cien por ciento virtual, una plataforma cultural online.
El desafío fue y sigue siendo enorme, e implica un largo y profundo proceso. Tuvimos que revisar y repensar cada contenido del museo desde las lógicas interactivas de la virtualidad, para que la propuesta sea accesible para todos los públicos, pensando en la navegabilidad, los contenidos, la interactividad, etc. Desde marzo del 2020 comenzamos este proceso en compañía de un gran equipo que se compone de un área de investigación, programación, diseño gráfico, digitalización de archivo, artistas, asesores, entre muchos otros que aportan desde su perspectiva y experticia.
¿En qué estado se encuentra actualmente? ¿Qué podemos esperar a corto y mediano plazo?
Actualmente, el sitio ya está construido. Estamos afinando cuestiones de diseño y navegabilidad, y comenzando con la carga de contenido. Creemos que para el mes de noviembre de este año vamos a poder inaugurar el museo para la comunidad cordobesa y de todo el mundo.
¿Con qué se van a encontrar los visitantes, específicamente? ¿Cómo estará organizado?
El MuJU Virtual es una plataforma cultural on line que contiene un innovador proyecto cultural y educativo comunitario de enorme importancia para la continuidad y transmisión de nuestro patrimonio judío. Es por ello que la sección principal del mismo es el ARCHIVO. Hemos digitalizado más de 400 imágenes, objetos, documentos, audios y videos, catalogando cada elemento y permitiendo que el público los descubra y comparta en sus redes sociales, ya sea según un filtro de búsqueda direccionado o según una búsqueda instintiva más espontánea.
Además del archivo, el Museo cuenta con más de 8 “estaciones” temáticas, entre ellas: migración (con mapas e información sobre las corrientes migratorias judías), una línea del tiempo que da cuenta de la conformación de la comunidad judía de córdoba, un espacio dedicado a nuestras recetas y tradiciones, una biblioteca digital con publicaciones de nuestra comunidad y otras de altísima calidad, juegos y un espacio dedicado a artistas judíos contemporáneos, comenzando con dos exposiciones del artista cordobés Lucas Jalowsky. Asimismo, los visitantes podrán realizar un recorrido virtual en 360º del Templo Beit Israel haciendo zoom en sus detalles y conociendo más sobre su historia. Cabe destacar que muchas de las estaciones son colaborativas, por lo que irán creciendo con el aporte de cada uno de los integrantes de nuestra comunidad.
¿Qué beneficios otorga la virtualidad y el medio digital para este tipo de producciones?
El contexto de aislamiento social, provocado por la pandemia mundial que nos atraviesa, puso de manifiesto la necesidad de actualizar las propuestas educativas y culturales a la medida de los nuevos tiempos globalizados e hipercomunicados. Hoy por hoy, pareciera indispensable contar con archivos digitalizados, contenidos virtuales y propuestas interactivas de calidad para los públicos.
Creemos que un museo virtual es una herramienta de gran alcance, que posibilita el trabajo pedagógico en todos los niveles educativos, con sólo disponer de una computadora o cualquier dispositivo móvil. Además, a la hora de comunicar y transmitir la cultura judía, un museo virtual es una puerta que permite consolidar y trabajar sobre identidades locales desde una perspectiva global, diversa y de respeto entre comunidades.
En relación al impacto social esperado, creemos que es una propuesta que democratiza el acceso a los contenidos y proyectos museográficos, posibilitando que personas de cualquier situación social y geográfica puedan acceder de manera gratuita y sin trasladarse a un contenido de alto nivel.
¿Algunas apreciaciones personales sobre el proyecto que quieras agregar?
Personalmente y como equipo, estamos muy felices con que desde el Centro Unión Israelita se haya apostado por este proyecto, un gran desafío que mejora y se profundiza diariamente a partir del aprendizaje constante. Pensamos que este desafio es de una contundencia que trasciende los tiempos de la pandemia y las fronteras de nuestra comunidad, y nos abre muchas puertas para vincularnos con instituciones culturales y educativas que enriquecen en todo sentido. Hoy, los museos virtuales marcan tendencia en todo el mundo, y Aleph y el Centro Unión Israelita, a través de este proyecto, están contribuyendo al desarrollo de nuevos modos de consumo cultural y educativos para nuestras comunidades.
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