Si ustedes tuvieran la posibilidad de transitar por el interior del Gan, respirarían, junto a todos los que a diario lo hacemos, ese espíritu tan particular que nos moviliza desde lo más interno, con la llegada de Rosh Hashaná.
Los pasillos decorados, las kitot ya vestidas de fiesta, engalanan los espacios, anticipando los festejos que se avecinan…
Los sonidos del shofar, las manzanas con miel, la jalá agulá, nos invitan con sonidos, colores, sabores y aromas, a percibir la presencia de una nueva oportunidad para crecer, para sentir, para encontrarnos.
Desde nuestro querido Gan, quienes formamos parte de él, les deseamos ¡SHANÁ TOVÁ UMETUKÁ!
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