El último Shabat de la Kehilá de Córdoba fue maravilloso. El grupo Sheasani Ishá preparó una serie de actividades para compartir en comunidad, e invitó a la rabina Karina Finkielsztein, una de las preferidas por las mujeres de la comunidad, para que se sume en cada uno de los momentos planificados. ¿El resultado? ¡Un shabaton inolvidable!
Kabalat Shabat para todos
Las actividades comenzaron el viernes por la noche, en el Beit Midrash Ierushalaim, con la ceremonia tradicional para recibir al Shabat. El servicio estuvo coordinado por la rabina invitada, el moré Guily Seiferheld, y Nati Klinger acompañó instrumentalmente. Con un templo colmado y lleno de expectativas, Karina le sumó su impronta personal a la Tefilá y sorprendió a todos los presentes con su carisma y estilo. Fue un momento encantador para todos los que participaron del Kabalat Shabat. Pero no terminó ahí. En las afueras del Beit Midrash, ya estaba instalado el Foodtruck “Jarif” (protagonista indiscutible en los últimos jaguim de la Kehilá), con su exquisito falafel, para acompañar a todos en la cena de Shabat que se llevó a cabo al aire libre. Esta vez, las mujeres del grupo Sheasani Ishá invitaron también a los hombres (muchos de ellos, parejas de las habituales participantes del grupo), y se generó un clima excelente, en el que predominaron la alegría y la unión. Nuestro rabino Marcelo Polakoff, luego de oficiar la ceremonia de Kabalat Shabat en el Templo Beit Israel, también llegó al lugar para participar del agradable encuentro. Más tarde, y nuevamente en el Templo, la rabina brindó una charla para todos, hablando especialmente del amor desde la visión Halájica y aquello que plantea la Torá. Fue una temática muy especial para la gran cantidad de parejas que estuvieron presentes, y al mismo tiempo, permitió que el género masculino de la Kehilá también pueda conocer a la rabina Karina, junto con parte de su “background” de conocimientos. El Shabatón recién había comenzado, y muchos objetivos ya se habían logrado; sin dudas, el encuentro dejaría un gran recuerdo en la Kehilá, y al día siguiente esto se iba a confirmar.
Shajarit para ellas
El sábado por la mañana, las mujeres de Sheasani llegaron nuevamente al Beit Midrash Ierushalaim para la actividad prevista. La mañana comenzó con una particular ceremonia para la Tefilá de Shajarit, en la que Karina recorrió textos del sidur, dándoles un sentido, y explicando a las mujeres el porqué de la elección de estos textos, su significado, y la manera en que pueden ser llevados a cabo, en lo teórico y también en la práctica.
Luego, llegó el momento del aprendizaje. En este caso, se trató de una charla en la que los temas principales fueron: el proceso de construcción de identidad, el judaísmo nacionalista, los grupos y corrientes del judaísmo, el concepto de judaísmo como civilización. Karina comenzó contextualizando la forma de vida judía en la Edad Media, y los cambios que se suscitaron luego de la Revolución Francesa; luego, habló de la asimilación absoluta que comenzó a darse en la época, y la ola de conversiones por la que atravesó el pueblo judío. Junto con ello, se refirió al surgimiento de grupos de reinterpretación de la Torá, como el movimiento reformista del judaísmo, y posteriormente, los grupos que se conformaron para contrarrestar a la reforma, principalmente la ortodoxia. Finalmente, explicó el surgimiento del movimiento masortí (conservador), sus objetivos en aquella época y su búsqueda conceptual hasta la actualidad, basada en el retorno a los textos y fuentes halájicas del judaísmo. “No hay una sola definición de identidad, se trata de una construcción contextual (…) entonces es elemental para cualquier kehilá que se ponga en funcionamiento el concepto de comunidad de prácticas (…) la vida comunitaria debe llevarse adelante con acciones, con la práctica habitual y permanente”, explicó la rabina en el segmento de la mañana que abrió la discusión y participación de todas las presentes. A partir de allí, se inició un debate que permitió la exposición de posturas, ideas, opiniones, y pensamientos respecto del funcionamiento de la Kehilá de Córdoba, sus fortalezas, su situación actual y cuáles son los desafíos que deben encararse para apuntar a grandes mejoras en un futuro. Fue una charla muy “jugosa” en cuanto a conceptos, y más aún durante el tiempo en que se desarrolló el debate (candente por momentos), en que las mujeres del grupo intercambiaron sus visiones y pudieron expresar su posición respecto de la actualidad comunitaria en Córdoba. ¡Kol Hakavod!
Peulá para los futuros madrijim
Al mediodía, Karina sólo tuvo que cruzar la calle, dirigirse a Macabi Noar, y comenzar la segunda parte de las actividades previstas para este segmento del Shabat. Se trató de una charla, más informal en este caso, con caracteres de peulá, para todos los janijim de “Escuela de madrijim”. La invitada les explicó que el tema a tratar más solicitado por los diferentes grupos de la comunidad es aquel ligado a la cuestión de la identidad, entonces se vio en la necesidad de presentarlo en cada uno de los segmentos planificados en el Shabatón, aunque por supuesto, en cada ocasión adaptado a la audiencia particular correspondiente. Para los janijim, la exposición se basó en el “gráfico de pizza”, de Mordejai Kaplan, y los elementos que hacen a la identidad del pueblo judío, distribuidos en las diferentes porciones que podrían elegirse como si estuviéramos en la mejor pizzería de Córdoba, de Israel, o de cualquier Kehilá del mundo. Los jóvenes pudieron interactuar con los pedazos de la pizza (valores judaicos, idioma, territorio, costumbres y tradiciones, sionismo, entre otros), y luego debatir acerca de la construcción de la identidad en el pueblo judío, la complejidad que esto acarrea, e incluso las elecciones individuales y personales por las que cada uno optó. Fue otro gran momento del Shabat, y un espacio de aprendizaje y reflexión necesario para aquellos que ocuparán el rol de madrij en un futuro muy cercano.
Judaísmo a la carta
La tarde comenzó a llegar, y junto con ella, el cierre del Shabatón empezaba a asomarse. Pero el ciclo tradicional del último sábado de cada mes se había trasladado especialmente a este sábado 12 para aprovechar la presencia de la rabina Karina. Hablamos de “Judaísmo a la carta”, donde nuevamente la mesa estuvo servida y fue compartida en comunidad. Mario Polakov, coordinador del ciclo, se encargó de poner en marcha la charla vespertina y presentó, una vez más, a la invitada del Shabatón. La temática de este encuentro también estuvo relacionada con las prácticas comunitarias, la identidad y la construcción de la misma, pero encarado desde la visión de la familia, sus funciones, y la interacción que surge entre el núcleo familiar y la Kehilá. A través de fuentes judaicas, como el pacto establecido entre Dios y Abraham o la primera lectura de la Torá frente al pueblo judío en el histórico Segundo Templo, desarrollada en el libro de “Nehemías”, la rabina invitó a todos los presentes a reflexionar acerca de la importancia de la vida comunitaria, las funciones del individuo dentro de la Kehilá, desde su ámbito personal, pasando por el grupo familiar, y llegando a la práctica comunitaria en conjunto. Nuevamente, los presentes pudieron expresar sus opiniones, y la charla pareció ser una continuación de aquel debate que se había iniciado durante la mañana con el grupo de mujeres de Sheasani Ishá. Judaísmo a la carta hizo honor a su nombre, y permitió que cada uno de los comensales pudiera apropiarse de alguna parte del menú para exponerla sobre la mesa frente a todos los demás. Fue un gran momento que terminó con fuertes aplausos, y la invitación al cierre de la jornada.
Havdalá en comunidad
El final del Shabat llegó, y tal como debe ser, la Havdalá fue el momento que separó a este sagrado día del resto de la semana. A la rabina Karina Finkielsztein se sumó el rabino Marcelo Polakoff; con una gran ronda al aire libre, en la explanada principal de Macabi Noar, y con la participación de adultos, niños, madrijim, las integrantes de Sheasani Ishá, miembros de las Comisiones Directivas del Centro Unión Israelita y Macabi Noar, y todos los integrantes de la Kehilá que se encontraban en el club, se realizaron las brajot correspondientes, y se entonaron hermosas melodías que se elevaron mientras caía la noche en la ciudad de Córdoba. La unión en un fuerte abrazo comunitario marcó este emotivo cierre para una jornada histórica e inolvidable.
También fue el cierre del ciclo 2016 para el grupo Sheasani Ishá, que ya nos tiene acostumbrados a grandes propuestas, interesantes actividades, y convocatorias masivas que continúan demostrando que el grupo se consolidó como uno de los espacios necesarios y categóricos de la Kehilá de Córdoba.
¡Gracias a todos los que participaron de este gran Shabatón!
¡Felicitaciones a Sheasani Ishá! ¡Hasta el año que viene!
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