La vida es sagrada. Y el misterio de lo sagrado nos interpela especialmente en el comienzo y en el final de aquella.
Como intento de envolver ese misterio con reverencia y amor, la tradición judía desarrolló significativos rituales que nos ayudan a percibir el tenue horizonte entre lo humano y lo divino, tanto en el nacimiento como en la muerte.
En la tradición judía, este concepto de sacralidad es llevado, además de con la vida y con la muerte, también hacia el cuerpo y el alma. Como decimos en los días previos a Iamim Noraim: “Haneshama laj vehagúf paoljá”, “Tuya es el alma, el cuerpo es Tu obra” (Majzor, Servicio de Slijot, pág. XX, Seminario Rabínico Latinoamericano).
De ahí que, cuando llega el momento de devolver aquello que nos fuera prestado con amor por Dios, nos ocupamos del alma a través de las plegarias y meditaciones del duelo, antes, durante y después de la sepultura.
En relación a lo orgánico, al cuerpo, los cuidados y los preparativos de antes de la sepultura se expresan a través de los rituales de la Tahará, el lavado, y del vestir luego con los tajrijim (mortajas blancas) al cuerpo para poder darle, recién entonces, “Kever Israel”, sepultura en términos de la tradición judía.
Estas son, entre otras, las delicadas y solemnes tareas realizadas por los miembros de la Jevrá Kadishá, motivo real y final de estas cortas líneas.
Actualmente, Lev el Lev incluyó entre sus tareas los cuidados del cuerpo y del alma de aquellos que dejan el mundo físico, conformando la Jevrá Kadishá (sociedad sagrada), siguiendo los rituales de nuestra tradición. El grupo está organizado y capacitado, dispuesto a atender y a asesorar en todo lo relativo a esta circunstancia.
Para la realización de todas las tareas, los voluntarios ponen a disposición sus capacidades, su tiempo para el aprendizaje y actualización, pero fundamentalmente su deseo de servicio a la comunidad, a sabiendas de que «No te corresponde a ti concluir la labor, pero no eres libre de desistir de ella» (Avot 2:16).
Los voluntarios tuvieron un curso de capacitación de Tahará (baño ritual a los fallecidos) con el moré Iosi Przepiorka, para cumplir con esta mitzvá tan importante para nuestros seres queridos.
El contenido fue muy acorde y didáctico, dejando muy en claro la importancia de hacer la Tahará, y de cuál y cómo es la función de las personas a cargo de realizarla.
Testimonios de algunos voluntarios
«Participamos de la capacitación en tahará y nos encantó! Excelentes las clases con Iosy, que además de profundizar en los aspectos teóricos, pudo transmitirnos desde su experiencia. Estamos emocionados con que la kehilá vaya a contar con una jevrá kadishá»
«Estas clases han sido muy motivadoras, dejándonos con la intención de seguir profundizando en el tema»
«Destacamos la excelente predisposición del moré Iosy brindando sus conocimientos y basta experiencia»
Testimonio de «Iosy Przepiorka»
«Soy José Przepiorka, para todos soy Iosy, y quería contarles que durante el lunes a la mañana nos reunimos presencialmente en el Centro Unión Israelita de Córdoba para darle cierre al ciclo de capacitación del grupo de la Jevre Kadishe que se está formando en Córdoba.
Tuvimos encuentros por zoom durante todo el año, donde juntos estudiamos y aprendimos leyes relativas a la Tahará, yendo a su origen y viendo su práctica e importancia en nuestros días.
Fue un inmenso placer ser parte de esta iniciativa en mi siempre querida Comunidad de Córdoba, sepan que cuentan con un bello grupo de personas que seguramente van a poner el corazón en esta tarea, que más que una tarea es una mitzvá que nos enaltece a todos.»
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