Compartimos el artículo publicado por nuestro rabino Marcelo Polakoff en la edición del martes 22 de noviembre de 2022 del períodico «La Voz del Interior»
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A veces las grandes historias comienzan con pequeñas anécdotas. Pues he aquí que nos hallamos ante uno de esos singulares casos.
Probablemente, cuando estén leyendo estas líneas y ya tengamos encima –esperemos– el primer triunfo del campeonato mundial para nuestra adorada selección, haya sucedido en el Vaticano un hecho tan auspicioso como histórico.
Este martes 22 de noviembre de 2022, los líderes de 100 comunidades judías de todo el globo mantuvimos la sesión plenaria del Congreso Judío Mundial en la mismísima sala sinodal de la Santa Sede.
Una postal absolutamente increíble –completamente impensada durante casi dos mil años– que llegó después de varios siglos de violencia y desencuentros que comenzaron suavemente a disiparse con “Nostra Aetate”, una valiente declaración del Concilio Vaticano Segundo dictada en 1965.
Allí fue cuando se abrió una nueva posibilidad de diálogo entre el mundo católico y el judío, que de diferentes modos y en distintas geografías fue consolidándose lenta pero contundentemente.
Recuerdo la frase como si fuera hoy: “Tenemos que hacer la reunión del congreso adentro del Vaticano”. Así me había dicho Claudio Epelman, en un barcito de barrio General Paz de la capital cordobesa, en octubre de 2019, mientras imaginábamos juntos algunos delirios.
Claudio no solamente era (y es) el director de la región latinoamericana de dicho organismo, sino que también había avanzado muchísimo en diálogo y en amistad con el cardenal Bergoglio cuando el “padre Jorge” todavía vivía en Buenos Aires.
Me acuerdo también de haberle subido la apuesta a su locura, proponiéndole que si eso se daba, teníamos que hacer a la vez una declaración similar a “Nostra Aetate” pero desde el punto de vista judío, avanzando hacia un nuevo y precioso capítulo de este sagrado lazo.
Tres años después de aquel café (y con la pandemia en el medio) este mismo mismo martes ante el Papa presentamos “Kishreinu”, que en hebreo significa “Nuestro vínculo” (cuya primera versión tuve la bendición de redactar) para que sea corregida y mejorada con los aportes de rabinos, presidentes y líderes de tantísimas comunidades judías.
Soy consciente de lo relevante del Mundial de Fútbol en Qatar, pero esta luminosa mañana romana dos de las tradiciones religiosas más antiguas del planeta nos sentimos jugando la final del mundial del diálogo en el Vaticano…
Y por supuesto, ganamos todos.
Fuente: La Voz del Interior
Link de interés: https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2022-11/judios-y-cristianos-pueden-actuar-juntos-y-abrir-caminos-de-paz.html
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