“Fuimos esclavos del Paró en Mitzraim y Dios nos sacó de allí”. “Este año somos esclavos, pero el próximo año seremos libres.”
Por eso ésta no es la mesa de todos los días.
En el Gan, los sedarim nos reunieron alrededor de una tradición milenaria en un acto en el que el ejercicio de la memoria une a las generaciones afirmando nuestra identidad.
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