«Aneinu, aneinu…», todavía resuena el emblema musical de este Jag que nos levanta de las sillas y nos traslada a las rondas más festivas. ¡Pasó Simjat Torá y nadie se quedó sin tirar unos pasos! El festejo fue el lunes 17 de octubre, en el Beit Midrash Ierushalaim, de la escuela.
Con la presencia del Presidente del Centro Unión Israelita, Cdor. Hugo Waitman, junto a miembros de su Comisión Directiva, y todo el plantel directivo y morim de la escuela, encabezado por su Directora General, Mgter. Nora Alterman, el Jag se vivió nuevamente con mucha alegría, y ante la unión en comunidad de los miembros de la Kehilá.
Antes de la celebración propiamente dicha, los alumnos del cole tuvieron una participación muy especial, al llevar las letras en hebreo que previamente habían sido distribuidas durante la semana, para completar el «Sefer» preparado especialmente para la ocasión.
Nuestros Rabinos, Marcelo Polakoff y Gabriel Pristzker, encabezaron el hilo conductor de la noche, que comenzó con una ceremonia de Arvit realizada entre todos los presentes -que colmaron el Templo-, acompañada de melodías, enseñanzas y un gigante abrazo compartido.
Antes del baile, por supuesto, el siguiente paso fue el factor clave de este Jag: ante el despliegue completo de uno de los rollos del Beit Midrash de la escuela, sostenido entre todas las familias, era el momento de la finalización de la lectura de la Torá, con la última Parashá del texto (Vezot Habrajá); en este caso, el encargado de leerla fue el Rab Gabi. Luego, en la otra punta del rollo, cual cronista de la cobertura de la jornada, esperaba el Rab Marcelo para la lectura de Parashat Bereshit, la primera del texto sagrado, y que da inicio nuevamente al ciclo.
A partir de allí, llegó el momento para que los Sifrei Torá bailen junto a la gente, y así fue. Una a una, se desarrollaron todas las Hakafot (rondas de baile con la Torá), y nuestros Rabinos distribuyeron cada una entre diferentes grupos de miembros de la Kehilá. Desde los más grandes hasta los más chicos; desde el plantel escolar hasta los azkanim; padres, madres, abuelos; nadie se quedó sin bailar en Simjat Torá, al ritmo de las melodías judaicas más festivas.
La fiesta de Simjat Torá en la Kehilá de Córdoba fue un éxito; sólo era cuestión de bailar bajo el mejor de los climas: el del abrazo comunitario.
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