El último día de Jánuca, y por consiguiente, el encendido de la octava vela, nos encontró ante la presencia de una actividad repleta de emociones y significancias acerca de la vida. Fue el Teatro leído «Mi nombre es un número», en honor a Edgar Wildfeuer, sobreviviente de la Shoá, basado en el libro escrito por Eduardo Ibañez Padilla, quien estuvo presente, protagonizando la representación oral junto a otros profesionales.
Más de 120 personas se reunieron en el Espacio Cultural Goldman, en una actividad organizada por el ICAI (Instituto Cultural Argentino-Israelí) la filial Córdoba de la DAIA, el Centro Unión Israelita, B´nai B´rith Argentina, el COMIPAZ y el Instituto Sarmiento de Córdoba.
Isaías Goldman recibió al público y dedicó unas breves palabras a la importancia del evento y a la magnitud del mismo por la gran convocatoria. Luego, fue el turno del teatro leído, que generó climas emotivos de gran trascendencia y un respetuoso silencio para la atenta escucha por parte de todos los presentes. La historia de Edgar durante el Holocausto despertó las emociones más profundas en todos.
Más tarde, se abrió un espacio para preguntas y respuestas hacia el protagonista, y finalmente, el rabino Marcelo Polakoff también ofreció una pequeña reflexión junto a la explicación del significado de Jánuca, y su relación con el heroísmo, tanto aquel que tuvieron los macabeos en la historia bíblica, como el que mostró Edgar Wildfeuer para luchar por su vida y poder transmitir su historia al mundo hasta los días actuales. La oportunidad fue excelente para realizar el encendido de la última vela de la festividad, una vez más, en comunidad, y así cerrar 8 días históricos para la Kehilá de Córdoba, que contó con un encendido de vela para cada día de Jánuca, en diferentes eventos y actividades comunitarias.
Para el cierre, Marcelo entonó Maoz Tzur, la tradicional melodía de Jánuca, acompañado por el público presente.
¡Felicitaciones y agradecimientos para los que hicieron posible esta hermosa actividad y todas las que se sumaron para un Jánuca inolvidable!
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