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RECORDANDO A LA MORÁ MERY VISOTZKY (Z´L)

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Nos emocionemos juntos recordando a quien fuera un emblema de nuestra escuela. La morá Mery Visotzky (Z´L) será siempre recordada y llevada en el corazón por toda nuestra Kehilá. Hoy, decidimos compartir estas hermosas palabras de Ana Glaser, una de sus amigas más íntimas, quien compartió innumerables momentos junto a ella:

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Hace poco más de un mes, dejó el mundo terrenal la querida Morá Mery Visotsky. Pensar en ella, estimula a dibujar en el rostro una tierna sonrisa… que nos transporta a la escuela de calle Alvear, a los Festivales Hazemer en la década de los ´80, a los viajes de las promociones a Bariloche, a las ceremonias de entregas de títulos y distinciones, a los viajes de estudio de 6º y 7º  grado, y a las ceremonias de Bat Mitzvá.

                    Mery, inició su carrera docente alrededor de 1978 y siempre se destacó por su capacidad de comprender a los alumnos, por el empático acercamiento a los adolescentes, por su habilidad para contenerlos, enseñarles y abrirles el corazón. Las distintas promociones le solicitaban que los acompañe en el viaje de estudios y muchos chicos insistían en que fuera ella quien les entregara el título de finalización de  estudios.

                    Fue una educadora con mayúsculas, que perfeccionó sus habilidades y capacidades con estudio y esfuerzo, y que se caracterizó por su creatividad, por su inteligencia emocional superdesarrollada, por su iniciativa, por su inagotable voluntad de trabajo y por su tenacidad. Mery jamás cedía al cansancio, y con una envidiable energía, organizaba más y más actividades, y propuestas para los alumnos.

                   Se desempeñó como docente del Área de Estudios Judaicos en el Nivel Primario y en el Secundario, y luego pasó a coordinar las actividades y proyectos educativos de la Merkazia Pedagoguit o Centro de Creación y Elaboración de Recursos Pedagógicos para el Área de Estudios Judaicos. Era una usina de inventos e ideas, programas e iniciativas entretenidas, significativas y atrapantes. Logró que numerosas generaciones incorporaran gustosos el idioma hebreo, los valores judaicos, las costumbres y tradiciones de nuestro pueblo. Fue una verdadera figura de la innovación, creadora de un espacio educativo lúdico que persiste hasta el día de hoy. Mery accedió a la Dirección del Área de Estudios Judaicos en la Escuela Primaria, hasta decidir que llegó la hora del retiro y del inicio del tiempo del disfrute por los logros alcanzados.

                    Fue parte de la Escuela Israelita de Córdoba en sus años dorados y miembro de un equipo de morim y morot que contribuyó a dotar de prestigio y solvencia educativa judaica a la institución, formando en identidad a numerosas generaciones.

                   A nivel personal, una persona con múltiples valores, cálida, amiga entrañable, optimista y positiva en todas sus apreciaciones, que hacía de los afectos un lema y una forma de vida. La recuerdo cuando tomaba una aguja, un hilo y un pedazo de tela y fabricaba souvenirs instantáneos para la celebración de alguna amiga, o capas multicolores para que los chicos cercanos se disfracen y se conviertan por un rato en Batman, Superman o la Mujer Maravilla.

                  Dice Rabí Janiná Ben Dosá en Pirkei Habot: «Aquel que es placentero para los hombres, lo es también para Dios»…  Ella fue una persona que imprimía huellas en todos los que la conocían.

  El Centro Unión Israelita, amigas, compañeros de trabajo, alumnos, padres y abuelos, reconocen su labor y entrega, y la recordarán siempre como «la muy querida Morá Mery», cuya memoria será siempre bendición.

                 Con todo el amor que la amistad de una vida supo construir.

                                                                                                Ana Glaser

1 comentario

  1. Marcela Zadoff 16 diciembre, 2021 at 23:54 Responder

    Querida Morá Ana Glaser: gracias por el hermoso recuerdo de la Morá Mery, de tu parte que también fuiste una gran morá, en épocas difíciles de nuestra sociedad y cuando costaba mucho esfuerzo elaborar material de estudio o traer desde Israel algún libro.
    El esfuerzo de dar clases de hebreo, de cultura judía, shirá, etc… fue tremendo, porque no teníamos centros de formación y todo era a pulmón, hace un par de días con la morá Dina lo conversamos.
    Con mucho cariño tus talmidim te vimos formar tu familia junto al querido «Lucho» y traer orgullosa el cochecito, después tu enorme panza llena de amor y hoy celebrar el fruto del fruto, que te hacen tan linda bobe. Nos da también mucha alegría tu aliá, así como la de muchos cordobeses que suben a Eretz. Gracias y hasta siempre. Marcela

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