El «Shabat del reencuentro» fue una ocasión inolvidable para los representantes de la «Promo 1992» del Colegio Israelita Gral. San Martín. Volvieron a encontrarse, en el marco del Kabalat Shabat del viernes 3 de noviembre, y con mucha emoción, vivieron una noche mágica… Además, realizaron actividades en la escuela, y hasta disfrutaron de una hermosa experiencia en la naturaleza, en el Valle de Calamuchita.
Aquí compartimos alguna crónica y testimonios redactados por protagonistas de este esperado reencuentro:
Dana Bresler: «Fue muy emocionante volver a la comunidad, tras dieciocho años de hacer aliá. Desde el primer día en que llegue a Córdoba y fui a la escuela para visitar, comencé a revivir momentos pasados llenos de alegría, donde la escuela no era solamente para estudiar sino para reencontrarse cada día con nuestros compañeros y vivenciar experiencias que estarán siempre impresas en mi corazón. Por ejemplo, el viernes cuando entré a la kita de la mora Liz para el Kabalat Shabat, y vi a sus alumnos sentados en ronda, recordé haber estado en esas mismas aulas y en esa misma atmósfera sintiéndome en familia, contenida y feliz. La emoción más conmovedora que sentí fue volver a ser la hija del More Arón, no sólo por estar allí, sino también por las palabras y los recuerdos que muchísimas personas me manifestaron de mi querido papá. El fin de semana fue mágico, sanador, intenso, algo que nunca olvidaré. El reencuentro con mis hermanos de la vida donde compartimos lágrimas y risas abrió una nueva constelación de amistad y nos permitió reconocernos en esta etapa de nuestra historia con todas las experiencias personales, sueños cumplidos y metas futuras. Agradezco a Hashem por darme esta hermosa oportunidad, a mi familia que me incentivó a tomar la decisión de animarme a ser parte de esta experiencia, y por supuesto a toda la promoción ´92 por el recibimiento tan cariñoso. ¡Los quiero mucho y forman parte de mi! ¡Hasta la proxima!»
Tan lejos y tan cerca – Un fin de semana difícil de olvidar
por Andrea Glickman
(fragmentos de su crónica)
«¿Y si organizamos un reencuentro por los 25 años de egresados?? Todo comenzó con lo que parecía ser una «loca» idea de Gastón (Lipcen), quien inmediatamente la propuso al Triunvirato formado por Nati (Lempert), Jimmy (Felsztyna) y Diego (Saul).
Una vez lograda la aprobación de la idea, (que ya no era taaaaaan loca), acto seguido y gracias a la indiscutiblemente fabulosa herramienta social capaz de «achicar distancias» que es Facebook, el 1 de marzo de 2017 Gastón creó el grupo «25 años Promo 1992 – Colegio Israelita de Córdoba». Inmediatamente el grupo se fue colmando de ex-compañeros dispersos en varias provincias argentinas y países de distintos continentes. Pero a todos nos unía un mismo sentimiento: La emoción de reencontrarnos después de 25 años (…) Luego de Facebook inmediatamente vino el grupo de whatsapp. En donde comenzamos a intercambiar saludos, preguntas, anécdotas y fotos (muuuuchas fotos). Y allí fue cuando se planteo la idea… Y de a poquito comenzaron a aparecer los dedos pulgares de aprobación. Seguidamente comenzamos a tirar fechas alternativas sobre la mesa (…) pero al final pudimos acordar una fecha: El finde del 4 de noviembre (…) Y un 15 de Junio nos despertamos acá (por la diferencia horaria con Israel) con una excelente noticia de Liza (Dudelzak) diciendo: «Chicos no cambien las fechas del encuentro porque ya compre los pasajes!!!» (…) Meses después (ya casi habíamos perdido la esperanza), vino la muy esperada confirmación desde Israel de Dana (Bresler) y luego la confirmación de Jose (Triguero) quien me contó que sintió que si había gente que se estaba «cruzando el mundo» para venir a este encuentro, estando «al lado» (Chile) no podía dejar de venir… (…) Y por fin llego el tan esperado fin de semana (…) Las chicas organizamos para el día jueves la «previa» al encuentro, obviamente porque no aguantábamos ni un día mas para vernos, y debo decirles que para mí fue un momento increíblemente mágico . Miles de recuerdos (algunos que estaban medios difusos por el paso del tiempo), volvieron enseguida para quedarse y guardarse dentro de mi corazón. El viernes a la mañana visité mi querida escuela que hacia mas de 20 años que no iba desde que vivo con mi familia en Buenos Aires (…) Estoy contenta también de haber compartido esto con mi hijo Alan de 7 años que pudo conocer la escuela donde su mamá estudió, se formó como persona y donde pasó hermosos años de infancia y adolescencia (…) El kabalat shabat fue el tercer encuentro con más ex-compañeros, algunos hacia 25 años que no veía personalmente, al igual que algunos ex-morim y morot nuestros, con quienes participamos de una cálida ceremonia y un riquísimo brindis. Fue muy emotivo para mí compartirlo con mis papas y que mi hijo conozca el Beit Kneset donde viví muchos shabatot, jaguim, donde hice mi Bat Mitzvá y también donde mi bisabuelo Abraham Glickman que tenia carpintería fabricó el Aron HaKodesh y mi papá colaboró lijando las puertas del mismo.
Mi profundo agradecimiento a la Comisión del CUI y al rabino Polakoff por este hermoso momento que guardaré con mucho cariño (…) Definitivamente, un fin de semana difícil de olvidar, en este encuentro me dí cuenta que a pesar de los diferentes caminos que cada uno tomó y de los kilómetros de distancia que nos separan, en el fondo de nuestros corazones estamos tan tan cerca, que es como si no hubiesen pasado 25 años (…) La vida produce encuentros y también distancias, agradezco con el alma que nos haya dado la oportunidad de volver a reunirnos. Espero con alegría el próximo aniversario.
Andrea Glickman.
Gastón Lipcen: «Cuando surgió la idea de organizar el encuentro para festejar los 25 años de egresados de la Promo 1992, nos preguntábamos si se iba a generar interés de participar. Ni en el mejor sueño podríamos haber imaginado la posibilidad de movilizar a nuestros compañeros a cruzar el mundo, sólo por ser parte de este fin de semana. Al lanzar la idea a los integrantes del grupo, surgió un interés inmediato por participar de todos y comenzamos a debatir ideas hasta encontrar el fin de semana y lugar más conveniente para todos. Cuando comenzó a confirmar gente que venía de Israel, Chile, Buenos Aires, Rosario, etc. Se produjo una motivación adicional. ¿Cómo no nos íbamos a poner las pilas con la organización si ellos dejaban sus familias y cruzaban el mundo sólo para compartir un fin de semana con nosotros? (…) Llegó el gran día de la visita al colegio y el Kabalat Shabat y la hora de irnos a las sierras todos juntos. Resultó un reencuentro increíble que nos movilizó a todos hasta las lágrimas. Charlas y abrazos interminables, mates y asados compartidos, peulót y videos con saludos enviados por quienes no pudieron venir desde afuera de Córdoba que resultaron muy emocionantes (…) Finalmente, un párrafo especial para la escuela. Después de ver quienes somos los integrantes de la promoción 1992, los valores con los que nos formamos y lo preparados que salimos para afrontar el desafío que representa ser un adulto, reafirmo con convicción que enviar a nuestros hijos al Colegio Israelita es la mejor decisión que podemos haber tomado con mi esposa porque es una escuela que forma buenas personas con sólidos valores judaicos y preparadas para transitar el mundo.»
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