Memorias imborrables. Recuerdos emocionantes. Caminos de esperanza. Todo esto y mucho más se vivió el fin de semana pasado en Moisés Ville. Encabezados por su Presidente, el Cdor. Hugo Waitman, miembros de la Comisión Directiva del Centro Unión Israelita, junto a integrantes de Sub-Comisiones de la institución, hicieron un viaje hacia la tierra que albergó a los primeros judíos llegados a nuestro país.
A través del recorrido de sus senderos, y de diferentes actividades, re-descubrieron un lugar de ensueño que debería ser cita obligada para todos los judíos de Argentina. Fueron días hermosos, casi indescriptibles con palabras, porque como todo lo especial de la vida, la magia se halla en la vivencia, en la experiencia.
La primera parada del viaje fue en la localidad de Palacios -próxima a Moisés Ville-, más precisamente en la estación de tren, lugar exacto donde, en el año 1889, llegaron las primeras familias que huían de los bestiales pogroms de la Rusia zarista, liderados por el Rabino Aaron Halevi Goldman. Muy emocionante fue retroceder en el tiempo e imaginar a esos aproximadamente 800 inmigrantes en la estación donde estuvieron, con sus ilusiones por una vida mejor, debiendo adaptarse –no sin serias dificultades- a un lugar y costumbres nuevas. Antes de partir hacia Moisés Ville, también conocieron la antigua sinagoga de Palacios, no sin un cierto pesar por el estado de abandono en el que se encuentra.
Ya en Moisés Ville, acompañados por las guías del lugar, visitaron el cementerio judío, donde sus más de 2.500 lápidas son una muestra cabal de la historia de la comunidad judía del lugar y de sus particularidades; terminaron la visita alrededor de la tumba del gran Rabino Goldman, líder religioso de los primeros inmigrantes.
Luego de recorrer la plaza central del pueblo, los visitantes se dirigieron a una de las 4 sinagogas de Moisés Ville, y allí, junto a miembros de la comunidad judía local, compartieron un pequeño acto por Iom HaShoá y luego el tradicional Kabalat Shabat. Finalizado el Kidush, terminaron el día cenando y cantando todos juntos canciones de Shabat.
El segundo día comenzó temprano en el Museo de la Comunidad, donde a través de sus 5 salas y las explicaciones de las expertas guías que acompañaron al grupo en su recorrido, realizaron un completo viaje a través del tiempo hasta nuestros días, que comenzó con la llegada de los inmigrantes allá por el año 1889 y continuó hasta mediados del siglo XX. Allí, observaron cómo se asentaron en el lugar, cómo interactuaron con los habitantes ya instalados, su desarrollo y el comienzo de su vida comunitaria, sus trabajos, oficios, vida religiosa, intelectual, económica, etc.. Una visita memorable que sirvió para comprender mejor la vida de aquellos pioneros y cómo desarrollaron una próspera comunidad.
Por la tarde, visitaron la otrora escuela judía, cuna de formación de morim que nutrió de maestros de hebreo de altísimo nivel a todo el país y el mundo, y que incluso llegó a tener un internado que albergó a jóvenes que llegaban en pos de formarse en la materia. Luego, se prosiguió con la visita a otra de las sinagogas –recientemente restaurada-, y terminaron el recorrido en el teatro Kadima, centro artístico del pueblo, que cuenta además con una profusa biblioteca, donde no se pudo tener mejor final que el de terminar cantando todos los viajeros junto al coro Rish Rush de nuestra ciudad.
Finalmente, y antes de la partida, la delegación compartió un encuentro de confraternización con integrantes de la comunidad judía local, oportunidad en la cual, entre café y leikaj, se dialogó e intercambiaron impresiones, destacándose las historias de vida de los habitantes locales que emocionaron a todos los presentes hasta las lágrimas, lo que resultó el broche final ideal para una visita única.
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TESTIMONIOS DE PROTAGONISTAS
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Carlos Polacov
«En nombre se Sandra y mio ha sido muy emocionante y placentero a la vez haber compartido con ustedes este viaje cargado de un profundo sentimiento y admiración por vivenciar y compartir estos momentos con la comunidad de Moisés Ville y que sin duda nos marcan y comprometen como comunidad. Un agradecimiento especial a los organizadores que estuvieron hasta en el mas mínimo detalle para obtener el éxito deseado y a los compañeros por la buena onda que le pusieron. Abrazos a todos».
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Sarita Alperin
«¡Hoy, con el espíritu colmado de emociones solo puedo decir gracias! A Guily, Ale, miembros de Comisión Directiva y en general todos quienes tanto trabajaron para que este viaje, que desde hace mucho constituía para mi una asignatura pendiente, resultara sencillamente perfecto y hermoso!»
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José Sidi
«Conectarnos con nuestros antepasados tan cercanos, y a la vez tan distantes a la realidad que hoy le toca vivir a este místico pueblo, no hace más que fortalecer la convicción que seguramente nos mueve a cada uno de los que trabajamos y bregamos por una perdurable continuidad e identidad judía. Las historias del papá de Guily, y sus compañeros de vida y epopeyas, quedarán marcadas en nuestros corazones, quizás de manera tan importante como esos héroes que no conocimos pero que tanto admiramos, como Herzl, Hirsch o Ben Gurión. Hoy, Córdoba es un ejemplo de vida comunitaria dentro de la judeidad argentina, ojalá que así sea por muchos años. Gracias por permitirme disfrutar de esta experiencia con todos ustedes, pero por sobre todo con Naty, mis viejos y mi tía. Felicitaciones a todos y cada uno de los que lo hicieron posible.»
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Raúl Cohen
«Estimados miembros de la Comisión directiva del CUI: junto con Lili queremos agradecer la invitación a compartir junto a ustedes esta tan bonita experiencia. No tenemos más que expresiones de agradecimiento y emoción por los momentos vividos. Un párrafo aparte para un maestro de alma y una organizadora comprometida, como Guilly y Ale, ambos merecen mi máximo agradecimiento. Por supuesto, Jorge por su preocupación y ocupación, en síntesis, gracias.»
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Marce Eiben
«¡Quiero compartir con ustedes el hermoso fin de semana que viví! Viajé junto a la Comisión Directiva del CUI a Moisés Ville. ¡Para quienes no conocen el lugar, es un legado que obligatoriamente tienen que conocer! Fue todo muy fuerte de comienzo a fin, en donde viví momentos de mucha tristeza, pena y alegría. Pude entender, y por sobre todo, ver el sufrimiento de nuestro pueblo, de nuestra historia relatada por los mismos actores en forma personal. No quedan muchos viejitos allí, es un presente que debemos estrujar para entender lo que realmente pasó. Viví algo inexplicable con gente que no conocía demasiado. Les cuento que la cantidad de harina que comí fue abusiva, desde knishes, tarta de papa y cebolla, hasta kamish leikaj y strudel. ¡Mi miedo y duda principal para decidirme ir a este viaje era que todos iban en pareja, menos dos y yo! Me atreví a romper mi esquema de prejuicios y fui. Me he reído como hacía muchísimo no lo hacía. Después de estas experiencias, afirmo y confirmo cuan sano es salir sola, acompañada, con gente conocida o desconocida. ¡Hace bien y llena el alma de la mejor forma!»
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Natalia Lempert
Como experiencia, el viaje a Moises Ville fue sumamente enriquecedora, interesante y emocionante a la vez. Fue sentir la historia en cada rincón, testimonio y en cada rostro de la gente. Tenerlo a Guily de guía fue un plus que nos permitió sentir y vivir historias y recuerdos en primera persona. La historia sigue viva allí, para mí, era una materia pendiente poder ir. Es un viaje en el tiempo que recomiendo a quien quiera conectarse con nuestras raices.»
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