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Unidos somos más fuertes

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Esta semana tuvimos una pausa en el estudio de la Torá y retomamos con la parashá Vaetjanán (Deuteronomio 3:23-7;11). Para iniciar este comentario cito al Rabino Gustavo Surazski en su libro Fragmentos de Cielo:
“Y vosotros, los ligados al Eterno, vuestro Dios, estáis hoy todos vivos. (4:4)
¿Cuándo se cumple esto? Cuando seáis todos un solo grupo unido. En el mundo ocurre que cuando un hombre toma un haz de ramas y las junta, ¿acaso podrá alguien romperlas? Pero, en cambio, si las desliga una por una, hasta un niño podría romperlas. De la misma manera, aprendes que el pueblo de Israel no será redimido sino cuando todos sean un solo grupo…”
Enseguida miramos a nuestra amada Israel y nos compadecemos, es decir, padecemos con ella. Instamos a que cesen las divisiones internas y palmeamos la espalda del Ejército de Defensa de Israel. Rezamos por ellos con emuná shlemá. En nuestra Córdoba, asistimos a eventos y conmemoraciones en apoyo a las entidades que convocan.
Pero el rol del espectador ha caducado. Seamos protagonistas, como en el arte inmersivo. Seamos parte de aquello que queremos ver en el mundo, del legado que vamos a dejar. Somos responsables por acción y por omisión también. Por eso se nos pide que estemos presentes, pero hoy además necesitamos reconfortar el alma y a veces duele… porque no logramos Justicia, porque en Argentina nuestro historial nefasto que inició en 1919 . no queremos que siga.
Estamos en alerta constante. Soportamos estoicamente el cinismo ajeno y aclaramos pacientemente las fake news que nos descalifican. Remamos hoy, los judíos, con dos palitos de helado en un río de lava. Aislados sería imposible… juntos vamos a poder.
Sigamos dando lo mejor de nosotros mismos. Amemos a nuestro prójimo, o sea a nuestro próximo, a ese que tenemos cerca. Derramemos tzedaká como una manera de amar y com-padecer-nos porque nada hay más poderoso que los hermanos unidos.
Seamos inteligentes y cuidemos a los nuestros, miremos nuestra casa con amor. Se termina el invierno, barramos la hojarasca y veamos nuevas luces brillar. Aprendamos que allí donde surge algo nuevo, antes hubo una sed que lo ha convocado. Hoy estamos sedientos, en Israel y en nuestras kehilot.
Cada idea puede transformarse en un proyecto y ese proyecto en una actividad creativa que expanda nuestros valores. Es la mejor manera de que las bendiciones suenen más fuertes que las maldiciones y más hermosas que el silencio. El nefasto “no te metas”, esa complicidad que pavimentó el camino del odio, hacia los campos de la Shoá.
Digamos no al discurso de odio, mirando bien en los resquicios del alma para limpiarla. Los convoco al amor. Contás conmigo. ¿Cuento con vos?

Por Marcela Zadoff, Prosecretaria del Seminario Rabínico Latinoamericano

1 comentario

  1. Marcela Zadoff 6 septiembre, 2024 at 09:58 Responder

    Muchas gracias por la publicación. Me alegra mucho. Quedó un poco desactualizado el texto, pero el mensaje vale.
    Shabat shalom umeboraj

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