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La Ley Judía y el rescate de los secuestrados

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Este es, a manera de una muy breve introducción, un abordaje halájico (no político) acerca de las distintas visiones de la ley judía sobre el sensible y complejo tema del rescate de los cautivos.

En términos históricos, el tema es de muy larga data y se cuentan de a cientos los casos de judíos que fueron capturados y retenidos para, luego, pedir por su rescate, a lo que las comunidades judías hicieron todo lo posible para, efectivamente, liberar a esos prisioneros.

Llamaremos desde ahora al tema por su nombre en hebreo: Pidión Shvuím.

El Talmud (Bava Batra 8b) llama a Pidión Shvuim una “mitzvá rabá” (una gran mitzvá) y dice que el cautiverio es peor que el hambre y la muerte.
El RaMBaM (Maimonides) dice que quien ignora el rescate de un cautivo es culpable de transgredir mandamientos como “no endurecerás tu corazón” (Deuteronomio 15:7); “No te quedarás de brazos cruzados ante la sangre de tu hermano” (Levítico 19:16); y “amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Levítico 19:18).

Y en el Shuljan Aruj (uno de los códigos de ley judía más importantes) se menciona que aquel que se demora en rescatar a un cautivo es considerado como un asesino (Ioré Deá 252:3).

Hasta aquí parecería que Pidión Shvuím es una mitzvá de carácter irrenunciable, que debe seguirse en todo momento y más allá de cualquier circunstancia.

Sin embargo, y ya lo habíamos adelantado, el tema es complejo. Dolorosamente complejo. Leemos en la Mishná (Guitin 4:6 y en mismo Talmud en el Tratado de Guitin 45a):

“No se rescata a cautivos por más de su valor debido a Tikún Olam (literalmente: “arreglar el mundo”; para el buen orden del mundo; como precaución para el bien general) y no se ayuda a los cautivos a escapar debido a Tikún Olam”.

En esta fuente se dan dos razones para esta postura:

  1. “Por la carga (financiera) que supone para la comunidad”;
  2. “para que ellos (los captores) no se apoderen de más cautivos”; es decir, pagar un alto rescate por los cautivos alentará a los secuestradores a tomar como prisioneros a más judíos y exigir rescates aún mayores.

El Talmud, en su estilo característico, no explicita finalmente cuál es la explicación correcta, por lo que las distintas autoridades halájicas a lo largo de los tiempos hicieron hincapié en una u otra, lo que llevó a conclusiones diferentes.

Rashi, por ejemplo, dice que si se acepta la primera explicación, un familiar podría pagar un rescate excesivo, porque eso no supone una carga financiera para la comunidad; mientras que según la segunda explicación, un familiar no puede pagar el alto rescate porque eso alentaría a los secuestradores a capturar más judíos.

¿Que actitudes y prácticas se siguieron en el devenir de la historia del Pueblo Judío respecto de esta postura?

Para resumir, si bien la opinión de la Mishná en Guitin (el que uno no puede redimir a los secuestrados por más que su valor) fue codificada por todos los códigos estándar de la ley judía, en la práctica, muchos sabios talmúdicos y rabinos medievales encontraron formas de eludir esa Mishná mediante exégesis e interpretaciones y/o la creación de excepciones a la regla. De hecho están registradas muchas de esas excepciones en la jurisprudencia judía.

Actualidad

Desde 1971, muchos rabinos han escrito artículos de responsa o halájicos sobre nuestro dilema actual. La mayoría ha dictaminado que Israel no puede intercambiar cientos o miles de terroristas por unos pocos soldados israelíes.

Nuevamente y debido a lo extenso de nuestra temática, sólo mencionaremos, y de manera muy escueta, las opiniones del rabino Shlomo Goren (ex rabino jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel y luego del Estado de Israel) quien estaba en contra de tales intercambios, y la del rabino Jaím David Halevi (rabino principal de Tel Aviv) que justificó las acciones de Israel en relación de que el Estado actuó en consonancia con la ley judía al intercambiar 1.150 terroristas por 3 soldados israelíes.

Alguna palabras de cierre:

Hemos visto que, en el desarrollo de la ley judía, desde los tiempos talmúdicos y hasta hoy, tenemos jurisprudencia y doctrina respecto de opiniones (con fundamento) tanto a favor como en contra de este tema tan doloroso, tan agudamente angustiante que nos interpela en estos mismos días en que se escriben estas palabras.

En este marco sólo podemos finalizar con una sección de la oración por el bienestar y prosperidad del Estado de Israel que rezamos en nuestras sinagogas en cada Shabat:

“Padre Celestial , Protector y Redentor de Israel , bendice el Estado de Israel que marca el principio de nuestro renacimiento y redención. Ilumina con la luz de Tu verdad a sus dirigentes , ministros y consejeros , y conduce los con Tu buen consejo. Concede la fuerza a los defensores de nuestra Tierra Santa. Otorgarles Tu salvación y coronarlos con la victoria. Extiende la paz sobre la tierra y el júbilo duradero para sus habitantes”.

Rab. Gabi Pristzker.

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