El paso de Iom Hazikaron a Iom Haatzmaut es uno de los instantes más particulares del año para el pueblo judío, ya que en tan sólo unos minutos, el contexto, el entorno, el espacio y el ambiente parecen transformarse, desde el dolor y la nostalgia hacia la alegría y la celebración. Como si la materia pasara del “estado” líquido de una lágrima al “estado” sólido de una base asentada con firmeza y convicción. Como si el alma pasara de un “estado” de congoja a un “estado” de júbilo y felicidad.
El miércoles 8 de mayo por la noche, en el Beit Midrash Ierushalaim, se realizó el acto que conecta estas dos fechas tan importantes. Con la coordinación de nuestro rabino Gabriel Pristzker, todos los asistentes pudieron sentir ese paso de un estado a otro.
Las banderas de ceremonia, de Argentina, Israel y Córdoba, estuvieron presentes a través de los alumnos del nivel primario y secundario de la Escuela Israelita Gral. San Martín.
La ceremonia comenzó con la recordación de aquellos caídos en la lucha por la defensa del Estado de Israel o aquellos que fueron víctimas del terrorismo, mediante las tradicionales velas que fueron encendidas en honor a éstos por diferentes representantes que participaron de la actividad.
También hubo un espacio para la palabra de nuestro sheliaj, Ofir Leibler, y en el ingreso del Templo se proyectaron videos traídos especialmente desde Israel por Lucho Griboff, quien estuvo a cargo de la organización del acto.
Un emotivo momento musical antes del cierre fue presentado en la voz de la jazanit Jéssica Alterman junto a Juan Pablo Jasín, a quienes también acompañó el rabino Gabriel.
Luego, con la entonación del Hatikva, la noche llegó a su fin bajo el saludo de un nuevo ¡Jag Sameaj!
Como si se tratara de un juego de palabras premeditado, el recuerdo de la creación de nuestro Estado de Israel es el que permite, en definitiva, pasar de un “estado” a otro en un pequeño lapso de tiempo. Cuestiones de espíritu y alma, cuestiones de emociones encontradas. En fin, cuestiones de estados…
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