Iniciamos el ciclo 2018 de este espacio, y hoy conoceremos a “Waggon”, una propuesta profesional que brinda grandes soluciones a empresas del rubro gastronómico. David Rubin, Ionel Kliger, Maximiliano y Jonathan Krupik, sus creadores, conversaron con nosotros para transmitir un poco de sus conocimientos y logros…
¿Cómo surgió esta idea? ¿En qué consiste exactamente?
“Waggon nace a partir de una necesidad de restaurantes, deliverys y almacenes gourmet que les permita realizar compras integrales en un solo lugar, mediante un servicio puerta a puerta “just in time” que provea todos los insumos para sus necesidades diarias. Consiste en una capacitación básica a los restaurantes para que puedan comprender la importancia de formular pedidos organizados, con planillas de stock, que se efectúan una o dos veces por semana, para que nosotros respondamos con la mercadería desde nuestro depósito.»
¿Cuál es el público o mercado con el que trabajan?
“Es un mercado consumidor muy amplio, si tomamos como referencia las provincias que hoy requieren de este tipo de productos, como por ejemplo Salta, el sur de país, el interior de Córdoba, Mendoza. Afortunadamente, los buenos resultados ya están presentes. Hoy, marcas que están establecidas en el mercado a nivel gastronómico, eligen a Waggon porque les permite realizar un gran control sobre la calidad y marcas de los insumos que utilizan en sus franquicias.”
¿Qué ventajas o dificultades observan en su emprendimiento?
“Las ventajas pudimos comenzar a notarlas a través de representaciones obtenidas con productos importados, por ejemplo, y por otra parte, el servicio que brindamos es una ventaja en sí misma: poder abastecer integralmente a nuestros clientes, que cuenten con un solo proveedor, les brinda una posibilidad de organización mucho más eficiente que aquellos que eligen 15 o 20 proveedores. Las dificultades para este tipo de emprendimiento tienen que ver con el optimismo y la voluntad de las personas que lo encaran: es fundamental siempre mirar para adelante, nunca aflojar. Además, es clave el factor económico, se requiere de un capital que nos permita contar siempre con mercadería, no caer en faltas de stock, para poder ofrecer respuestas rápidas. Por último, otra dificultad que tenemos es la fluctuación que estamos teniendo con el dólar, porque al trabajar con productos importados, a veces nos termina impactando de alguna manera y tenemos el desafío de acomodarnos y adecuarnos a esto.”
¿Cómo sintetizarían sus historias personales y la conformación de este grupo de trabajo? ¿Qué influencias sienten que tuvieron?
“Fue todo muy natural, arrancamos de una manera muy familiar, somos todos conocidos en la comunidad judía de Córdoba, hermanos de hermanos, amigos de hermanos, etc., lo que nos permitió tener una sinergia fácilmente. Esto sumado a que todos nos formamos en un círculo que nos inculcó valores muy similares, y criterios de trabajo también uniformes. Luego, sólo llegó el tiempo de dedicar esfuerzo a lo que creímos que era posible. La influencia fue estar involucrados de alguna manera con el mercado gastronómico en Córdoba; algunos, con socios de restaurantes, otros ligados a la cocina, la bromatología.”
¿Cómo recuerdan al Colegio Israelita? ¿Fue una base de lo que ustedes son hoy?
“Claro que sí. El colegio fue un gran formador de jóvenes líderes y tuvo mucho que ver con nuestra dedicación actual en el mundo comercial o emprendedor, y que hoy podamos disfrutar de lo que hacemos con Waggon. También fueron muy importantes todos los otros círculos, los de educación no formal, en los que participamos.”
¿Cómo ven la actualidad y los microemprendimientos?
“En estos tiempos es muy claro que los avances, las nuevas generaciones, hacen que la tendencia sea hacia los emprendimientos. Nos encanta ver jóvenes emprendedores, creemos que las empresas con estructuras fijas tienen que empezar a pensar en nuevas opciones; son necesarias nuevas estructuras de recursos humanos con tareas y objetivos específicos, que les permitan a aquellos jóvenes que no tienen la posibilidad de emprender, pero que tienen un sueño, acoplarse a una meta o proyección de objetivos que son los mismos que nosotros tenemos hoy en nuestras mentes.”
¿Qué les dirían a esos jóvenes que tienen el sueño de convertirse en emprendedores?
“Primero que nada, el esfuerzo es clave. El trabajo entre socios o equipo, el trabajo por la estructura que se arma, y, sobre todo, la perseverancia. Los frutos no se ven de inmediato, pueden pasar meses, más de un año, hasta que puedan visualizarse los grandes resultados después mucho trabajo y esfuerzo. La experiencia es muy buena, y la base es el trabajo; nosotros después de 5 años, seguimos trabajando a diario, muchas horas, como si recién hubiéramos empezado.”
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