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TANIA ARCE: ¨LA BIBLIOTECA NO ES UN LUGAR ABURRIDO, NO ES UN LUGAR DONDE NO SE PUEDE, SE PUEDEN UN MONTÓN DE COSAS.¨

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Ella es la bibliotecaria de nuestra escuela, ejerce su profesión de manera vocacional y, sin duda, lo que hemos podido comprobar es la pasión y el entusiasmo que pone en el trabajo que hace.

Te la presentamos: se llama Tania Arce, y mantuvimos una charla con ella…

¿Cuánto tiempo hace que trabajas de bibliotecaria?

“Comencé a trabajar en este colegio en diciembre del 2012, soy una persona que tiene mucho recorrido en bibliotecas, he pasado por distintas de ellas, como escolares, públicas, deportivas, especializadas. Además soy miembro de CEDELIJ que es una institución que se dedica exclusivamente a promocionar la literatura infantil y juvenil.”

¿Es tu vocación ejercer la profesión bibliotecaria en una biblioteca escolar?

“Mi vocación en realidad es poder brindar a todos los niños la posibilidad de elegir la lectura como eligen cualquier otra práctica cultural. Esa es la misión que tiene CEDELIJ y, vaya a donde vaya, llevo esa bandera, porque eso es lo que me interesa de estar en una biblioteca. Toda biblioteca como cualquier otra profesión tiene distintas áreas, hay quienes se dedican a la parte técnica de fichar un libro, catalogarlo, clasificarlo, y hay otras personas como yo, que nos dedicamos a que los chicos encuentren en la lectura una posibilidad de leer el mundo y leerse a sí mismos.”

 
¿Qué actividades se desarrollan? ¿Te implicás en las actividades culturales que organizan los profesores para los alumnos en el seno de la biblioteca?

“Hay distintos tipos de actividades siempre vinculadas al interés de las docentes o de las profesoras. En el Gan el año pasado hicimos un proyecto que tenía que ver con vincular a los chicos de la salita de 5 que posteriormente iban a formar parte de la primaria, para poder acostumbrarlos al espacio, que lo sientan como un lugar de pertenencia. Todas las semanas venía esta sala y hacíamos un reconocimiento. Yo les contaba cómo funciona la biblioteca, realizábamos préstamos de libros, leíamos un cuento. Era novedoso para ellos y los hacía sentir más grandes.
Para CREAR llevamos un puesto de libros hacia el Gan para que nos vean los padres, así se ampliaba la elección de libros.
En la primaria, trabajamos con distintos grados de diferentes modos, siempre de acuerdo al interés de la docente y sabiendo que la biblioteca tiene que acompañar el proceso educativo de los chicos. Pusimos el foco en la literatura y que los chicos pudieran sentir que yo les regalaba un cuento. Trabajamos en Ciencias Sociales sobre los aborígenes para buscar libros que hablen sobre ellos desde diferentes enfoques, no sólo el manual.
En el secundario, con la profesora de lengua de quinto año, hicimos un trabajo en el que los chicos pudieran reconocer que la literatura infantil no es una cosa menor, no es que por ser literatura infantil o juvenil es algo con menos intensidad o menos interesante. Buscamos que reconozcan que hay libros muy buenos y eso es literatura.”

¿Cómo considerás que ha sido tratada la literatura infantil y juvenil a nivel escolar?

“Yo creo que hay una mirada positiva sobre la literatura infantil en esta escuela, ya nadie duda de los beneficios de la lectura. En este colegio se le da mucha importancia al tema de la literatura. El calificativo de infantil o juvenil para mayores no lo usamos, el libro es arte y el arte es para todos. Puede que cada lector haga una lectura de acuerdo a la edad que tiene y el desarrollo cognitivo, pero no por eso se dejan de descubrir cosas hermosas. Yo siempre cito a una escritora brasilera, Ana María Machado, que dice: “hay libros que no valen ni el árbol que se taló para hacerlos”. Yo creo que en una biblioteca, para que funcione el criterio de selección, es una de las patas fundamentales a tener en cuenta. Entonces, nosotras lo que queremos hacer con los adolescentes, es mostrarles que hay un mundo que a lo mejor ellos dejaban pasar, pensando que no iban a encontrar algo que les guste, que les signifique, y se encontraron con la sorpresa de que hay algo que si les interesa. A mí lo que me interesa es hacerles entender a los jóvenes que la biblioteca no es un lugar aburrido, no es un lugar donde no se puede, en la biblioteca se pueden un montón de cosas, hay que cambiar el eje de lo negativo hacia lo positivo.
Cuando yo llegue acá, había mucho carteles como ¨prohibido pasar¨, ¨prohibido tocar este libro¨. Yo no voy por lo prohibido, fue lo primero que saqué, yo voy por lo que más se puede. La biblioteca es un lugar de mucha libertad para que cada chico se encuentre con el pensamiento de otra época, con autores, con gente de otras edades, pero siempre pudiendo relacionarse. A diferencia de un aula, acá no tienen que cumplir con nada, no se tienen que sacar buena nota, no tienen que cumplir con una tarea. Esto es parte de la búsqueda del ser humano, siempre van a encontrar algún libro que hable de lo que les pasa.
Lo que hay en esta biblioteca no es mío, sino de ellos, por lo tanto es de todos. Y eso hace que el bien común haya que cuidarlo más que lo individual de uno.”

¿Qué particularidades pueden observarse en está biblioteca escolar respecto de otras?

“La parte de hebreo, donde la analfabeta soy yo (risas). Eso no me había sucedido nunca y de alguna manera siento que es un aprendizaje, sentir que puedo ponerme en el lugar de un chico de primer grado que no sabe leer por ejemplo. Ellos se ríen cuando agarro un libro en hebreo al revés; ellos tienen mucha más familiaridad con esos libros que yo. Después pienso que todos los niños son iguales, no importa la religión, el color, la clase social, todos tenemos necesidades sentimentales, sueños bastantes parecidos y creo que dar cuenta de eso es algo muy rico.”

Desde tu punto de vista ¿Qué papel juega Internet en el trabajo escolar de los estudiantes?   

“Por suerte para mí, no está directamente vinculado con la biblioteca puesto que acá hay una sala audiovisual. A los trabajos que los chicos tienen que hacer en Internet, los hacen allá.
Ahora a la nueva generación la llaman “nativos de la tecnología”, y pienso que para ser un alfabeto en ese gran mundo digital, antes hay que tener una claridad sobre las lecturas y esas tienen mucho más que ver con la lectura en el formato antiguo, formato libro, sino uno se pierde en esa inmediatez. El sujeto no va tan rápido en la misma evolución que va la tecnología, porque casualmente, no somos máquinas, somos humanos compuestos de otras cosas. La biblioteca es la comunicación humana, no se puede suplantar con la pantalla. La pantalla es fría, no te dice “buen día”, no sabe cómo estás.”

¿Cuáles pensás que son los métodos para fomentar la lectura desde la biblioteca escolar?

“Tengo estrategias, de hecho mi trabajo es promocionar la literatura. Mi manera de tratar a los chicos es muy especial, hago un seguimiento personal de ellos como lectores y como seres humanos. Cuando yo llegué, cambiamos el método de la prestación de libros, de una manera que fue consensuada con los alumnos. Les pregunté también cuáles reglas les parecían adecuadas para esta biblioteca, buscando fundamentos entre todos.”

¿Con qué recursos didácticos cuenta la biblioteca? ¿Qué necesidades tiene ésta?

“Además de libros, hay mapas, películas, juegos, revistas, afiches, láminas…
Sería muy bueno que se puedan comprar libros nuevos, actualizados, ya que la idea es que la biblioteca se renueve, que no quede estancada. Si en el invierno hace frío y la biblioteca está fresca, no es un lugar que invite a venir. Si la biblioteca es un lugar cálido, entonces es un lugar que invita. Eso es una estrategia de buscar al lector, son pequeñas cosas que se podrían hacer.
A lo mejor también se puede reformular el espacio físico, poner una alfombrita con unos almohadones, por ejemplo. Habría que pensar junto con los directivos la forma de que siempre la biblioteca llame la atención. Igualmente, estamos llevando muchos cambios positivos.”

Vos como profesional en el área de lenguaje y literatura infantil, ¿Qué les dirías a los niños para que se acerquen a la biblioteca?

“No sé si tengo una frase, pero sí pienso que haría todo el tiempo cosas para que ellos entren y sepan que acá van a encontrar en primer lugar a alguien que siempre esté dispuesto a escucharlos, a contenerlos, a mimarlos, a mirarlos de una manera muy especial. Para mí, nadie es igual a otro, cada uno es un sujeto lleno de deseos y derechos. Y les contaría un cuento.”

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