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LA MUJER COMO PARTICIPANTE ACTIVA

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Si bien el Día Internacional de la Mujer comenzó a conmemorarse en 1975, tiene sus orígenes en las manifestaciones de las mujeres que, especialmente en Europa, reclamaban a comienzos del siglo XX el derecho al voto, mejores condiciones de trabajo y la igualdad entre los sexos.

En 1977 la Organización de las Naciones Unidas estableció como fecha de conmemoración al 8 de marzo, en homenaje a las 129 obreras textiles de la fábrica Cotton de Nueva York, Estados Unidos, que fallecieron el 8 de marzo de 1857 en un incendio mientras realizaban una huelga por mejores condiciones laborales, dejando un legado en el trabajo por los derechos de las mujeres y su participación en los distintos ámbitos de la sociedad.

En todo el Tanaj encontramos a la mujer como participante activa en todas las expresiones de la vida social, política, económica y religiosa. Innumerables citas bíblicas lo reflejan. Sin embargo, el rol de la mujer en la época talmúdica cambia rotundamente, desapareciendo de la vida pública y modificando el vínculo entre el hombre y la mujer.

Actualmente, vemos la presencia y participación activa de las mujeres en diferentes ámbitos y roles comunitarios, haciéndonos eco de algunos de los legados fundamentales del judaísmo, entendiendo y estudiando la Torá e intentando encontrar respuestas halájicas para nuestro tiempo y para nuestra condición de mujeres judías.

Por supuesto, esto ocurre luego de que muchas han luchado por la igualdad de género. Las pioneras, con decisión y valentía, comenzaron a abrir el camino que luego otras construyeron, plantearon sus ideas con firmeza y las llevaron a la práctica con acciones concretas. Pioneras que tuvieron que recuperar un lugar que ya habían tenido las mujeres desde los tiempos bíblicos. Aunque aún falta mucho camino por construir.

En la realidad de la mujer en el siglo XXI, y como siempre antes en la historia, los poskim (legalistas judíos) buscan respuestas que respeten y se nutran de la halajá heredada y al mismo tiempo confronten las realidades de hoy en lo que atañe al ámbito de los derechos de la mujer, facilitando la inclusión y rechazando la segregación.

Si bien el origen de la conmemoración del 8M fue en relación a los derechos laborales en particular, el reclamo por el lugar femenino en la sociedad se ha extendido. También se han sumado otros factores relacionados con el respeto y cuidado de su integridad como personas.

Las mujeres estamos comprometidas con el Tikún Olam, con la reparación del mundo, que no puede darse si no nos solidarizamos con el sufrimiento de los otros. Debemos elevar la voz en contra del abuso sexual, el maltrato a la mujer, y de todo tipo de violencias.

Como mujeres judías, los sucesos ocurridos el 7 de octubre de 2023 en Israel, nos ponen en alerta y nos impulsan a redoblar los esfuerzos para ser las voces entre tanto silencio.

El Día Internacional de la Mujer no es un día del calendario hebreo, pero como mujeres compartimos el deseo de un mundo mejor y más justo, y tenemos la responsabilidad de trabajar para lograrlo.

Seminarista Lic. Marisa Drexler

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