En la víspera de Rosh Hashaná, nos volvimos a encontrar. La idea era entrar en el clima de la festividad explicando cómo hacer para que el nuevo año resulte bueno y dulce, para que los momentos por vivir sean plenos y dignos de ser recordados. Como siempre, el judaísmo tiene una respuesta para dar, aportando una sabiduría que nos oriente en las decisiones.
El Rabino Gabi Pristzker habló con profundidad y simpleza a la vez, dando un mensaje desde las fuentes judías. Con su estilo ameno y su singular pedagogía mostró un camino para lograr ese propósito: fue trazando círculos concéntricos, partiendo de la individualidad de cada uno, siguiendo por la familia cercana y los vecinos, para finalmente llegar al Pueblo de Israel y a la Humanidad toda. Planteó que esa es la secuencia de los objetivos que debemos procurar cumplir en el año que se inicia, comenzando por nosotros mismos para luego amplificar nuestra acción al entorno que nos circunda.
Buscar superarnos y crecer en lo personal, pero sin olvidarnos de promover el crecimiento de quienes nos rodean. Esa es la hoja de ruta, no cerrada en nosotros mismos, sino abierta al todo del que formamos parte.
Una gran tarea nos espera, una enorme oportunidad se nos presenta para intentar hacerlo mejor. Un nuevo proyecto que la vida nos depara. ¡Que en comunidad podamos concretarlo!
¡Shaná Tová uMetuká!
No hay comentarios